martes, 17 de septiembre de 2013

El Velo de la Mujer Cristiana


Una Exposición de 1 Corintios 11:1-16. Respondiendo a las Objeciones.
Introducción

Mi propósito es dar una breve pero cuidadosa exposición de 1 Corintios 11:1-16. Siendo que la inspiración del Espíritu Santo está sobre el texto griego original, daré la traducción más literal posible. Me concentraré en los significados específicos, en las construcciones gramáticas, y en los tiempos gramáticos de las palabras. Las palabras o frases en paréntesis no se encuentran en el texto griego original, pero sirven para completar el pensamiento de la traducción. Es importante tener presente que al escribir esta epístola a los Cristianos en Corinto, Pablo no sólo les estaba hablando a ellos, sino también a "todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (1:2). Con su pre-ciencia profética, Pablo tal vez supo que sus cartas serían circuladas ampliamente como expresiones de doctrina apostólica. Todas sus epístolas tienen mensajes con aplicación general aunque se dirigían a necesidades y problemas locales. Con esto en la mente, podemos ver que la enseñanza del velo no fue nada más para una situación socio-cultural específica. También es para todas las iglesias en todo lugar, tal como 1 Corintios 11:16 lo indica tan claramente.

v.1 "Imitadores de mi sed, así como yo también (soy) de Cristo."

"Imitadores" (griego, mimetes) y la palabra mimo se derivan de la misma palabra griega. En este versículo "se usa en el tiempo continuo, sugiriendo un habito o una práctica constante" (Diccionario Expositivo de Vine del Nuevo Testamento). Esta no es una imitación inferior. Es la vida, el poder, y la voluntad de Jesús mismo actuando en nosotros y por medio de nosotros. No somos llamados a vivir una réplica humanamente fabricada, llena de imperfecciones inevitables. ¡Hemos sido llamados a manifestar a Cristo en nosotros! (Dos versículos relacionados a esto son Efesios 5:1 y 1 Tesalonicenses 1:6.) Como para Pablo "el vivir es Cristo," así debemos nosotros vivir la vida de Cristo en nuestros cuerpos. Esto es posible solamente al mantener muerto al viejo hombre y al permitir que Cristo se exprese por medio de nosotros. ¡Ojalá tuviéramos más modelos de tan profunda semejanza a Cristo!

v.2 "Y les alabo, Hermanos, que en todo se han acordado de mi, y tal como se las entregue, retienen las tradiciones."

La primera cosa que sobresale en este verso es que se dirige a los Hermanos varones. Esto enfatiza la jefatura de ellos y que son ellos los que primariamente necesitan la aclaración de los principios posteriores. Si hubiera una igualdad gubernamental entre hombres y mujeres, Pablo seguramente se hubiera dirigido a las mujeres. Sin embargo, las cosas no son así, de modo que le habla a los hombres, los cuales necesitaban asumir su jefatura (dada por Dios) sobre las Hermanas.

Aunque habla muchas razones para reprender a sus Hermanos en Cristo, Pablo fue generoso con palabras de alabanza y animo. Su corazón paterno se esforzó por cancelarlos y fortalecerlos aun en medio de la amonestación. El les tema un amor profundo, y ese amor siempre encontraba la manera de expresarse. Esto nos es un buen recuerdo en todas nuestras relaciones en el Cuerpo de Cristo--el amor ágape siempre encuentra la manera.

Ellos retenían lo que él les había entregado, lo cual expone el grado de entrega que teman. Ellos se apegaron a su enseñanza y la obedecerían, a no ser que recayeran y ofendieran a su precioso Señor. Esta es siempre la prueba primaria de las iglesias fieles, que "perseveran en la doctrina de los apóstoles" (Hechos 2:42).1 Retenemos lo que nos es precioso. Las enseñanzas que el Señor nos da son sin precio y llenas de bendición si las obedecemos, porque ellas sirven para ministrarnos su vida, y así le glorifican a él.

Tradiciones (griego, paradosis) literalmente significa "transmisiones, hablándose aquí de las doctrinas (instrucciones, según la versión Reina-Valera de 1960) y enseñanzas que él les dio en persona anteriormente. La doctrina apostólica sirve como un vehículo para el Espíritu y la vida de Cristo. La doctrina apostólica encierra la verdad bíblica acerca de quién es Jesús, cual es su labor, y como podemos vivir en el poder de su resurrección.

Lo que resta del capítulo 11 trata con dos enseñanzas fundamentales sobre las cuales obviamente necesitaban más instrucción--el velo de la mujer y la Santa Cena.

v.3 "Pero quiero que sepan, que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la mujer (es) el varón, y la cabeza de Cristo es Dios."

Este versículo pone un fundamento profundo: las relaciones autoritarias gubernamentales entre Dios, Cristo, el varón, y la mujer. Al tratar con problemas individuales y de la iglesia, Pablo tuvo el discernimiento espiritual para ver la importancia de dirigirse a los principios básicos del problema a la mano. De esta manera, el les enseño a sus condiscípulos a construir su fe y la práctica de ella sobre una base solida. Así evitarían la arena movediza de la ética situacional (que cambia según la situación). El fuego y el viento pudieran probar el edificio de la persona así fundada y no lo destruirían porque estarla seguro en la Palabra de Dios. Inspeccionemos nuestros fundamentos. Si son defectuosos, quitemos los escombros y erijamos "sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo" (Efesios 2:20).

Cristo es la cabeza de todo varón, no sólo de los Cristianos--aquellos que viven bajo el señorío diario de Cristo. Y en la estructura gramática de este versículo, "toda mujer" es el sentido implícito. Siendo que Cristo a todos crea y por todos murió, todos son suyos soberanamente, pero no prácticamente, porque Dios respeta nuestro libre albedrío y no nos impone su señorío a la fuerza.

La jefatura del hombre sobre la mujer es una relación para esta edad, y tiene su origen en la creación misma. La jefatura del hombre no es nada más un resultado de la Caída, pero se estableció en el huerto de Edén porque Eva fue creada del varón y era una "ayuda idónea para él" (Génesis 2:18). El pecado de Eva en el huerto violo este principio de jefatura pues desobedeció a Dios e indujo a Adán, con eso excediendo su lugar de autoridad e influencia. La jefatura del hombre sobre la mujer no queda suprimida en la iglesia, porque es un aspecto del gobierno de Dios para la más eficaz realización de sus propósitos.

Sin embargo, en el reino espiritual "no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28). Existe una igualdad espiritual entre hombre y mujer, y el arreglo administrativo de esta vida no la cambiará.

Dios es la cabeza de Cristo (Juan 14:28; 1 Corintios 3:23) en el sentido que Cristo gustosamente se sujetó a Sí mismo en su papel mediador para la salvación de la humanidad. Esta gran verdad es la base fundamental para todo lo que sigue en este capítulo. Es por medio de semejante sujeción voluntaria que hombre y mujer encubren su gloria. Entonces pueden revelar (eso es, descubrir) la vida vibrante del Padre. La enseñanza del velo (versículos 1-16) implica el encubrimiento y la crucifixión del YO. En la Santa Cena (versículos 17-34) recordamos que Cristo hizo lo mismo--se entregó a Si mismo en la cruz por nuestros pecados. Esta fue la manera de Cristo; si nosotros deseamos entrar en su vida, lo podremos hacer solamente por los mismísimos medios.

v.4 "Todo varón orando o profetizando teniendo (un velo o algo) en la cabeza avergüenza su Cabeza."

Otra vez, tenemos el termino todo que no deja excluido a nadie. Pablo habla específicamente de los tiempos de oración y declaración de la Palabra del Señor. Por medio de la obra propiciatoria de Cristo, el hombre puede (y debe) acercarse a Dios con la cabeza descubierta. Los judíos de esa era adoraban y oraban con un cubierto llamado "taled" sobre sus cabezas. Ahora con la sangre preciosa de Cristo como nuestro cubierto permanente y todopoderoso, el hombre puede pararse en la presencia del Todopoderoso con la cabeza descubierta. Tertuliano (153-222 antes de Cristo) dijo, "Nosotros oramos con la cabeza descubierta porque no nos sonrojamos."

¿Qué relación existe aquí entre el orden de jefatura y la oración y la profecía? Esto se puede entender solamente en un sentido figurado. Siendo que el varón es llamado a revelar la gloria de Dios, cuando ora y profetiza en el nombre de Cristo debe hacerlo con cabeza descubierta (así tipificando la revelación de Cristo). Y si no, manifiesta su propia gloria, avergüenza a Cristo, su Cabeza. Así también la mujer en el próximo versículo--si ella no se cubre la cabeza al orar y profetizar, tipifica la revelación de nuestra naturaleza carnal...y avergüenza a su cabeza.

El ministerio de Cristo a través de nosotros en la oración y profecía se manifiesta cuando somos obedientes a los arreglos gubernamentales que él ha establecido. Ellos son los límites ordenados dentro de los cuales debemos funcionar en la iglesia y ante el mundo.

En 2 Corintios 3:13-16, Pablo explica que aquellos del antiguo pacto aun tienen corazones velados, así como Moisés se velo para cubrir la gloria de Dios, pero que "cuando se conviertan al Señor, el velo se quitara." Por lo tanto, los varones cristianos ya no usan un velo como los judíos del pacto pasado. Ponemos en vergüenza nuestra Cabeza si cubrimos lo que él ha cubierto con su propia sangre y gloria.

v.5 "Y toda mujer orando o profetizando con su cabeza descubierta avergüenza su cabeza, porque es la misma cosa con la rapada."

Una vez más se usa el termino inclusivo (aquí vertido toda). Esta enseñanza abarca a toda mujer: pagana, judía, o Cristiana; soltera, casada, o viuda. Claramente, la deshonra cae sobre el varón como su cabeza, y no sólo sobre su propia cabeza.

En Números 5:18 vemos que a la mujer sospechada de infidelidad se le quitaba el velo. Esto daba a conocer que se había deshonrado a sí misma y también a su marido. Isaías 47:2-3 nos da una descripción profética de la caída de Babilonia. Allí podemos ver que los pasos hacia la falta de pudor, modestia, y vergüenza muchas veces se inician con el abandonamiento del velo:

"Quítate el velo, recógete las faldas, desnúdate las piernas, pasa a pie los ríos; que se te vea el cuerpo desnudo, si, que quede tu sexo al descubierto."

Entre los griegos, solamente las prostitutas (tan numerosas en Corinto) andaban sin velo; las esclavas y las adúlteras tenían la cabeza rapada. El contexto cultural parece indicar que este mandamiento era sólo una costumbre social temporal para que las Hermanas no fuesen identificadas con las rameras de Corinto. Pero nada más necesitamos recordar los principios básicos que sostienen la práctica del velo y veremos que supera las costumbres sociales de cualquier nación o cultura.

Así que, la Hermana que rehúsa orar o profetizar con el velo puesto, rechaza la autoridad de del varón pues rechaza el símbolo de la autoridad. Al hacer eso deshonra la Palabra de Dios y sus designios gubernamentales.

v.6 "Porque si la mujer está no velada, que ella también se trasquile; pero si (le es) vergonzoso a la mujer estar trasquilada o rapada, que ella este velada."

Velada se tradujo del griego katakalupto, que literalmente significa "algo que cuelga y cubre completamente." Si una mujer rehusaba estar velada, también habría de raparse o trasquilarse. Trasquilar (griego, keiro) es la palabra usada cuando se esquilan las ovejas (Hechos 8:32); significa cortar el cabello muy cortito. Siendo que es su gloria y una insignia de su feminidad, raparse hubiera sido vergonzoso en la mayoría de las culturas a lo largo de la historia. Pero hoy el sentido natural de la distinción de los sexos se ha degenerado y el unisexualismo está de moda.

¿Por qué demandará Dios que si una mujer rehúsa llevar el velo, que entonces se corte todo el cabello? Claramente es porque su gloria debe de cubrirse. Si ella rechaza el velo que sirve para encubrir su gloria, entonces también debe remover la misma gloria (su cabello).

La palabra también en este versículo muestra sin lugar a duda que se está hablando de un cubierto que no es el cabello mismo. Queda excluida la posibilidad de que el cabello largo le es dado a la mujer para su único cubierto. Si el cabello fuese el único velo y ella rehusase tener cabello, ¡cómo podría ella aún tener cabello para cortarse! Aquellos que toman la posición que el cabello es el único velo, pronto se enredan en algunas absurdidades verbales.

v.7 "Porque el varón verdaderamente no debe tener la cabeza velada, siendo la imagen y gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del varón."

Estas palabras hubieran herido profundamente a los judíos del día, a causa de su práctica religiosa de cubrirse la cabeza durante la adoración. Tal vez los judíos que molestaban a Pablo dondequiera que fuese insistían en mantener el uso del taled. Debemos mantener fijo en la mente que Pablo mismo así lo había hecho antes de su conversión, y sin duda había tenido sentimientos fuertes acerca de ello. Ahora, en la libertad que experimentaba siendo una nueva creación en la imagen y gloria de Dios, el enseña que el velo no debe ser usado por el varón. Cuando un varón cristiano se entrega enteramente a su Señor y Cabeza, su propia gloria se encubre y la gloria de Cristo queda revelada. A medida que por el Espíritu damos muerte a nuestra carne, la vida y la luz de Cristo resplandecen a través de nuestros cuerpos mortales y vamos siendo transformados a su imagen.

El varón es imagen y gloria de Dios. La mujer origina del varón y es su gloria. Ella cumple su propósito divino a lo máximo cuando funciona en su lugar al lado del varón pero bajo su autoridad, pues fue creada para el varón (Génesis 2:20-23) y es su gloria. Esto ciertamente no quiere decir que ella es inferior, pues son iguales espiritualmente. Lo que sí expresa es que en esta dispensación terrenal ella es llamada a ser sumisa al varón en la familia, en la iglesia, y en las relaciones sociales.

v.8 "Porque el varón no es de la mujer, sino la mujer del varón."

Otra vez se nos refiere a Génesis 2:21-22 en cuanto al origen de la mujer. Siendo que fue el último ser creado, pudiéramos decir que ella es la corona y el clímax de la obra creativa de Dios. ¡Ella es la gloria del varón!

v.9 "Pues el varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón."

Volvemos a ver que, según el relato de la creación, la mujer fue creada como una ayuda comparable y correspondiente al varón. Fue creada para ser una sola carne con un solo varón en matrimonio santo ante Dios.

Efesios 5 nos da un vistazo importante al poder que el varón ha de ejercer sobre la mujer--el poder del amor ágape.

"Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amo a la iglesia, y se entrego a Si mismo por ella" (verso 25).

Este es un llamado al sacrificio propio y a la administración de la Palabra (verso 26) para la edificación y santificación de ella (verso 27). En el reino de Dios, y por lo tanto en la iglesia, la jefatura implica la entrega personal que Cristo nos manifestó perfectamente. El tipo de liderazgo que domina y tiraniza es del espíritu de este mundo. La sumisión (griego, hupotasso--literalmente, "disponer bajo") que la esposa le debe rendir a su marido es semejante a esa sumisión que la iglesia debe rendirle a Cristo.

v.10 Por causa de esto, la mujer debe tener (una señal de) autoridad sobre su cabeza--por causa de los ángeles."

La mujer debe tener puesto un velo porque funciona como una señal, un símbolo, o un emblema de la sumisión que ella le muestra a su autoridad varonil y últimamente, a Dios. Esta señal debe representar la realidad interna de su relación con Dios y con el varón. Pudiéramos decir que ella tiene el recordatorio constante de lo que su vida debe mostrar. Puesto muy simplemente, el velo sirve para expresar en una manera sencilla y visible el hecho ordenado por Dios que en esta dispensación la mujer esta bajo la jefatura y la autoridad del varón. "...y el se enseñoreará de ti" (Génesis 3:16).

Quedamos desafiados a considerar este pensamiento sombrío. ¿Qué hubiera sido si Cristo hubiera rechazado las señas y la realidad de la jefatura del Padre sobre él? ¿Qué tal si hubiera rehusado tomar esa copa amarga, si no hubiera obedecido aun el aparentemente más insignificante de los mandamientos de Dios? Sabemos la respuesta.

La frase "por causa de los ángeles" (mensajeros) ha provocado mucha reflexión. Lo más probable es que esto se refiera tanto a los demonios como a los ángeles. Los ángeles viven en una relación con Dios de sumisión perfecta y total. Ellos se escandalizan ante la indecencia de las mujeres descubiertas, que deben llevar el velo como una indicación de sumisión a su cabeza. La experiencia nos enseña que la mujer velada tiene gran protección contra el enemigo...si su corazón está en la actitud de sumisión simbolizada por el velo. No tenemos una percepción suficientemente clara del mundo espiritual para poder entender enteramente por que esto es así, pero esta verdad tiene evidencia abundante. Dios se compromete con la persona que está en la posición que Dios le ha dado y que vive en obediencia a su Palabra. Entonces esa persona puede fortalecerse "en el Señor, y en el poder de su fuerza" (Efesios 6:10).

La mujer fiel y velada puede ejercer una influencia tremenda y poderosa en los lugares celestiales cuando ministra en la oración e intercesión ante el Padre. La iglesia necesita desesperadamente a tales mujeres que puedan servir en la posición de poder que el Señor les ha dado.

v.11 "Pero ni (es) el varón aparte de la mujer, ni la mujer aparte del varón, en el Señor."

Aquí encontramos el equilibrio para lo que se dijo anteriormente: la dependencia mutua del varón y la mujer "en el Señor." Fuera del Señor, la sociedad rara vez realizara el significado bíblico del diseño de Dios y del orden de jefatura. Estas verdades divinas se disciernen espiritualmente y por lo tanto, le son locura al hombre natural (1 Corintios 2:10-16). Pero "en el Señor," donde "Cristo es el todo, y en todos" (Colosenses 3:11), su señorío sobre cada uno pone en orden las relaciones interpersonales de los miembros del Cuerpo. Es así que ellos pueden funcionar armoniosamente en sus lugares específicos, unidos en amor, el vínculo perfecto (Colosenses 3114).

v.12 "Porque como la mujer (es) del varón, así también el varón (es) por (medio de) la mujer, pero todas las cosas (son) de Dios."

Otra vez, el hace hincapié en la dependencia mutua entre ellos y en el hecho que el varón nace de la mujer, lo cual fue el caso aun con Jesús en su gran humillación. Pero todas las cosas originan en Dios, pues "de él, y por él, y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén" (Romanos 11:36).

v.13 "Juzguen dentro de sí mismos-- ¿es propio que una mujer ore a Dios descubierta?"

Pablo desafía a los creyentes a que reflejen profundamente sobre las verdades y su aplicación que él acababa de compartir con ellos. Basándose en los principios importantes que había establecido, ¿pudiera posiblemente ser propio que una mujer orare a Dios con la cabeza descubierta? El conocía la única respuesta que pudieran dar, según su enseñanza, la cual tenía completa autoridad apostólica y fue inspirada por el Espíritu Santo.

De nosotros también constantemente se demanda el hacer juicios y decisiones de impacto espiritual en nuestras propias vidas y en las vidas de otros. Esos juicios y decisiones se hacen a base de nuestro discernimiento espiritual de la Palabra de Dios y de su voluntad. Tal responsabilidad nos motiva a buscarle a él y a escudriñar su Palabra, y nos conmueve a la madurez.

v.14 " ¿O no les enseña aun la naturaleza misma que si un varón tiene cabello largo esto le es una deshonra?"

La palabra naturaleza (phusis en griego) aquí implica instinto, o un sentido nativo de lo que es correcto. Romanos 2:14 hace mención de esto cuando habla de los que "hacen por naturaleza lo que es de la ley." Y Romanos 1:26 se refiere al mismo concepto cuando condena a las que "cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza."

La palabra deshonra (atimia en griego) quiere decir precisamente eso--una infamia, una desgracia que hace contraste a la gloria, dignidad, y honor mencionada en el versículo 15. Claramente, desde la perspectiva de Dios, el cabello largo le es deshonroso al varón. La distinción externa entre los sexos es un mandato bíblico y lo largo del cabello debe ser una evidencia primaria de ello. La definición de "largo" variara entre diferentes culturas y épocas, pero la persona con discernimiento espiritual podrá percibir los límites para si mismo y para los que están bajo su autoridad.

v.15 "Pero si una mujer tiene cabello largo, esto le es gloria, pues el cabello largo en lugar de un cubierto le es dado."

El cabello largo de la mujer es una de sus glorias principales--una expresión tan bella de su feminidad. Daniel Kauffman lo dijo aptamente: "El cabello largo es la señal de la relación natural que existe entre hombres y mujeres; el velo es la señal de la relación espiritual que debe existir entre ellos como hombres y mujeres en el Señor."

Mucha confusión ha originado de este verso, pues algunos concluyen que el cabello largo es dado en vez del velo. Pero esta confusión se acaba cuando consideramos el texto original. La palabra griega usada aquí para cubierto es peribolaion, que literalmente significa "algo envuelto o echado alrededor de." Hebreos 1:12 es el único otro verso que usa la palabra: "como un vestido (peribolaion) los envolverás.... "

Esta es una palabra completamente diferente a katakalupto, que es el velo mencionado en los versículos 5,6,7, y 13. Recuerde su significado: "algo que cuelga y cubre completamente."

Así que, ¿qué significado tiene este verso aparentemente incomprensible? Dios nos dice que la gloria de la mujer (su cabello largo) le es dado para servir como un cubierto natural que ha de ser envuelto. El fundamento de esta declaración es un principio profundo--la gloria de la mujer se debe cubrir para simbolizar el encubrimiento de su propio ego que permite la manifestación de Cristo en ella. Este encubrimiento de la gloria femenina es una señal que refleja aptamente un principio fundamental de la vida cristiana--cuando morimos a nosotros mismos (así encubriendo nuestra gloria), la vida y luz de Cristo se descubren a través de nosotros, dispersando las tinieblas de este mundo.

v.16 "Pero si alguno piensa ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios."

Con completa autoridad apostólica, Pablo enfáticamente afirma que si alguien es contencioso (griego, philaneikos = encariñado con la contienda) en cuanto a este asunto, todas las iglesias de Dios no teman tal costumbre. ¿Cuál costumbre--velarse o no velarse?

Uno se maravilla al leer los comentadores que implican que este versículo anula todo lo dicho en los versículos 1-15. La expresión "tal costumbre" contesta la pregunta hecha en el verso 19 (" ¿Es propio que una mujer ore a Dios descubierta?". La construcción gramática griega del versículo 16 es tal en cuanto a caso, numero, y género que acuerda solamente con el pronombre "si mismos" en el versículo 13. Por lo tanto, los versículos 14 y 15 son un paréntesis entre los versículos 13 y 16. Pablo proclama osadamente que en toda iglesia las Hermanas llevaban el velo, y les ordena tajantemente a los corintios a que se pongan en harmonía con la práctica apostólica universal. Escritos de los primeros siglos de la iglesia y el arte en las catacumbas de Roma dan evidencia clara de que así era el caso.

No existe duda alguna de que Dios insiste y manda que toda mujer cristiana use el velo. Cualquiera iglesia que se dice ser bíblica reconocerá que las doctrinas de los apóstoles son esenciales para su realización. El velo de la mujer cristiana es una de estas doctrinas. Decir esto no implica que el velo es esencial para la salvación. Obviamente no debe igualarse en importancia con enseñanzas apostólicas tales como la encarnación y la redención. Sin embargo, cuando vivimos en desobediencia deliberada, negamos la realidad del señorío de Cristo y ponemos en peligro nuestra salvación.

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21).

Servimos a un Dios quien ha puesto gran énfasis en los símbolos y en sus significados. El Antiguo Testamento está lleno de tipos y símbolos que anticipan y preparan para la más plena revelación y realidad del nuevo pacto. En el Nuevo Testamento, el velo nos recuerda que el nuevo pacto y la libertad en Cristo no anulan las distinciones gubernamentales que Dios estableció en el Edén--siguen vigentes mientras dure esta creación.

Respondiendo a la objeciones:

Para casi cada una de las verdades divinas habrá individuos que presentarán objeción. Las razones puedan ser variadas, pero demasiadas veces se tratan de razonar la desobediencia a alguna aplicación. He ahí la manera más "conveniente" de evadir los mandatos de Dios--convencernos de que la Palabra no quiere decir lo que dice. En esta época de un evangelio inferior y casi sin costo, necesitamos recordar que el discípulo no escoge cuales mandamientos del Maestro obedecerá y cuales pasara por alto. El discípulo genuino busca ser fiel en la obediencia a toda su Palabra.

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lucas 6:46).

Aquí encontrara algunas respuestas (en letra normal) a las objeciones más comunes (en letra negrita) que se presentan contra el velo.

1. El velo era sólo una costumbre local de aquel entonces.

Entre los judíos se acostumbraba adorar con la cabeza cubierta, tanto hombres como mujeres. En cambio, los griegos (hombres y mujeres) lo hacían con la cabeza descubierta. El velo no llego a ser practicado únicamente por las mujeres hasta que Pablo dio la enseñanza de los principios y las aplicaciones de Dios en cuanto a ello.

Rebajar el velo a una mera costumbre local es reducir el impacto de la Palabra de Dios. Una costumbre fácilmente se cambia o se reemplaza con otra; un mandamiento de Dios permanece.

2. La iglesia de Corinto era la iglesia problemática del Nuevo Testamento. Por lo tanto, mucha de la enseñanza dada en la epístola es correctiva y aplicable solamente a ellos. El velo no es ni se intencionaba ser práctica perpetua.

Sí, es cierto que esta iglesia estaba agobiada de problemas gravísimos y carnales. También es muy cierto que mucha enseñanza en la primera epístola es de naturaleza correctiva. PERO esto de ninguna manera comprueba que la mayoría de 1 Corintios no es para nosotros. ¿Qué de estas Escrituras?

"Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra" (2 Timoteo 3:16-17).

"...Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:20-21).

"A la iglesia de Dios que esta en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo..." (1 Corintios 1:2).

"...Si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios" (1 Corintios 11:16).

Claro está que las enseñanzas doctrinales.de esta epístola abarcan a todo Cristiano en toda iglesia a través de todas las edades. A no ser cierto esto, tuviéramos que rechazar otros pasajes claves del libro, como 1:0, 2:6-16, 3:9-17, 6:1-20, 7:5, 10:20-21, 11:27-31, 12:1-31, 13:1-13, y 14:22-28.

¿Podremos acaso suponernos que Romanos fue escrito para el provecho único de los de Roma? Obviamente no. Entonces, ¡cómo podemos rechazar la doctrina de 1 Corintios! No es ni lógico ni justo ni bíblico. Dejémonos de tácticas peligrosas.

3. El cabello de la mujer toma el lugar del velo.

Si esto fuera cierto, la enseñanza dada en la parte anterior del capítulo es innecesaria. ¿Será posible que Dios hiciera tal necedad?

Como ya observamos con más detalle en la exposición del versículo 15, el velo ahí mencionado es distinto al que se menciona anteriormente. No olvide que la terminología es distinta. La mujer debe llevar dos velos--el natural y el artificial.

Si este capítulo habla del cabello nada más, hay algunas declaraciones que serían tremendamente absurdas. Sustituyamos la palabra cabello en los versículos 4 y 6 (pudiéramos hacer lo mismo con 5, 7, y 13):

"Todo varón que ora o profetiza con la cabeza sin cabello, afrenta su cabeza. Porque si la mujer no tiene cabello, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se ponga cabello."

Totalmente sin sentido, ¿verdad?

¿Notó particularmente el versículo 6? La palabra también da un golpe mortal a este argumento. ¿Cómo puede cortarse algo que ya no está ahí? ¡Ridículo! Sin lugar a más duda, este versículo se refiere a un velo artificial además del cabello.

Y ¿qué diremos del versículo 10? ¿Podrá el cabello ser esa señal de autoridad? ¡NO!

4. Esta era sólo una costumbre temporal. Por lo tanto, mandar el uso del velo hoy sería volver al yugo del legalismo.

Si esto fuera cierto, la historia de la iglesia lo comprobaría. Pero unos 150 anos después de haberse escrito esta epístola, Tertuliano testificó que los corintios aún fielmente practicaban el uso del velo. Luego hizo esta observación: "Lo que los apóstoles enseñaron, sus discípulos aprobaron." La pluralidad ahí implica una enseñanza autoritaria, universal, y unida. En más o menos esa misma época, Clemente de Alejandría y también Hipólito se basaron en 1 Corintios 11 para enseñar la práctica del velo.

Otros que enseñaron sobre el velo fueron Crisóstomo (vivió del 344 al 407) y Agustín (vivió del 354 al 430). Juan Calvino, uno de los reformadores, afirmo, "Si alguien ahora dijere que su cabello es suficiente, como un velo natural, Pablo dice que no lo es, pues es un velo del tipo que requiere el uso de otra cosa para cubrirlo."

No era cosa temporal. ¿Y qué del legalismo? Dios no acepta la desobediencia bajo el manto de nuestra libertad en Cristo, Quien dijo, "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15).

5. Es necesario llevar el velo en los cultos solamente.

Es imposible que comprueben esta opinión. Los que creen de esta manera se basan en el versículo 5 y también en el 13. Pero, ¿será posible que la mujer fiel cristiana ore y profetice sólo en las reuniones públicas de la iglesia?

"Orad sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17).

"...Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Pedro 3:15).

¿No le parece que si la mujer cristiana tiene la intención cumplir estos dos mandamientos tendrá que llevar el velo en todo tiempo?

No olvidemos el propósito primario del velo: ACEPTACION DEL ORDEN DE JEFATURA DE DIOS. La mujer cristiana debe llevar esta señal de sumisión y aceptación en todo tiempo porque en todo tiempo debe someterse y aceptar el plan de Dios. ¿O sólo lo hace durante los cultos?

Otra razón por el velo se da en el verso 10. ¿Estamos en presencia de los ángeles nada más en los cultos?

También pudiéramos hacer mención breve de la construcción gramática de la frase "que se cubra." La expresión está en la forma presente, activa, e imperativa, y se puede traducir "que ella continúe estando velada."

6. Mi iglesia (como la mayoría) no practica el uso del velo.

Desgraciadamente, este no es el único mandamiento divino que la mayoría de las iglesias pasan por alto. La Biblia ha predicho la apostasía de estos últimos días. La iglesia misma ha quedado abrumada por la pérdida del primer amor y por un espíritu de desobediencia. El amor de muchos se ha enfriado, por lo tanto ignoran o evitan la obediencia sencilla en la cual deben andar. El enemigo ha podido cegar a innumerables iglesias al discernimiento espiritual de estas cosas porque les hace falta el deseo de simplemente amar y obedecer al Señor a toda costa.

Muchos cristianos sinceros no se han aplicado el siguiente versículo:

"Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado" (Santiago 4:17).

Aunque reconozcan el imperativo del velo, no lo practican porque su iglesia no lo hace...y la persona queda culpable de pecado.

Jesús claramente les mando a sus apóstoles a que les enseñaran a los creyentes a guardar todas las cosas que él les habla mandado (Mateo 28:20). Si su iglesia esta desobedeciendo a Dios al no enseñar y practicar cualquiera verdad bíblica esencial y rehúsa arrepentirse...usted debe buscar una iglesia que si es fiel a las Escrituras. Dios quiere más iglesias como la de Hechos 2:42:

"Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles...."

7. Me daría vergüenza usar el velo.

Hay tantas cosas que pudiéramos decir sobre este asunto, pero lo que usted necesita oír sobre todo viene directamente de los labios de Cristo.

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lucas 6:46).

"Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adultera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles" (Marcos 8:38).

8. Si enseño sobre el velo en mi iglesia, se irán todas las Hermanas.

Bien dice el Señor que "el temor del hombre pondrá lazo" (Proverbios 29:25). ¡Usted no tema la opinión de nadie más que de Dios! El Señor le tendrá a usted por responsable si su pueblo es destruido por falta de conocimiento (Oseas 4:6). ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

Obviamente estamos en el tiempo cuando "no sufrirán la sana doctrina." Prediquemos la Palabra con "toda paciencia y doctrina" para que no aparten "de la verdad al oído" (2 Timoteo 4:2-4).

9. Si las Hermanas deben llevar el velo para distinguirlas de las demás mujeres, ¿qué no deben distinguirse los Hermanos varones de alguna manera también?

Primero es necesario comprender que el velo no se dio con el propósito de distinguir a la mujer cristiana de las demás mujeres. Claro está que si se distinguirá, pero ese no es uno de los propósitos principales.

Según 1 Corintios 11, ¿qué es el equivalente varonil al velo femenil? La cabeza descubierta. Tal vez reaccionara usted comentando, "Pero, ¡todo otro varón también lleva su cabeza descubierta en un sentido religioso!" Sí, eso es cierto. Creo que podemos encontrar una pequeña clave en los versículos 14 y 15:

"La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso...."

Aquí vemos una relación clara entre la longitud del cabello y la condición de la cabeza. En la mujer cristiana, el velo y el cabello que se deja crecer van inseparablemente juntos. En el varón cristiano es diferente--la cabeza descubierta y el cabello distintivamente corto van juntos.

Demasiados Hermanos varones fielmente enseñan y defienden el uso del velo, pero no practican personalmente el cabello distintivamente corto. No quieren que las Hermanas se avergüencen de usar el velo, pero ellos sí se avergüenzan de llevar su cabello cortito. ¿Qué pasó, Hermanos? ¿Cómo se atreven a predicar una cosa y practicar otra? Ustedes son llamados para ser la cabeza de la mujer. ¡Muestren un buen ejemplo!
 


En esta sección le presento (cortesía de Anabaptistas) con dos artículos sobre el tema del velo de la mujer cristiana. http://anabaptists.org/spanish/velo.html
UNA EXPOSICION DE 1 CORINTIOS 11:1-16 (Seleccionada de "The Torch")
 

 

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