“En Jehová he
confiado; ¿Cómo
decís a mi alma, que escape al monte cual ave?
Porque
he aquí, los malos tienden el arco,
Disponen sus saetas sobre la cuerda,
Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
Disponen sus saetas sobre la cuerda,
Para asaetear en oculto a los rectos de corazón.
Si
fueren destruidos los fundamentos,
¿Qué ha de hacer el justo?
¿Qué ha de hacer el justo?
Jehová
está en su santo templo;
Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
Jehová tiene en el cielo su trono;
Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
Jehová
prueba al justo;
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Sobre
los malos hará llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
Porque
Jehová es justo, y ama la justicia;
El hombre recto mirará su rostro.”
El hombre recto mirará su rostro.”
¡Ay
de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí
mismos!
¡Ay
de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar
bebida; los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan
su derecho!
Por
tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja,
así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque
desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo
de Israel.”
“Porque he aquí, los malos tienden el arco, disponen sus saetas sobre
la cuerda, para asaetear en oculto a los rectos de
corazón.”
¿Quieres ser asaeteado por este mundo? Vive con un
corazón recto. Recibirás el ataque. De hecho, entre más recto de corazón seas,
entre más hagas para Dios, más atacado serás. Toda mi vida he sido enseñado, y
aún esa idea se halla en muchos himnos que entonamos, que entre más te acercas
a Dios, más dulce es todo, y más paz y gozo sientes. Simplemente caminas bajo
la luz del sol, y por supuesto, hay tiempos dulces de caminar con el Señor,
cuando sólo caminamos bajo la luz del sol, pero la verdad es que cuando estamos
más cerca del Señor es a veces cuando más lejos nos sentimos de Él.
El mundo nos va a decir que tenemos que buscar nuestra
felicidad, nuestra paz, nuestro gozo y nuestra vida. Hasta la Constitución política
de nuestro país, al mero comienzo de ella, dice que Dios le ha dado al hombre
el privilegio de la vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad. Y yo les
digo, eso no viene de Dios. Sí, Dios nos da la vida, así como la libertad de
escoger, pero la búsqueda de la felicidad siempre nos pondrá en el camino
equivocado. La vida no se trata de buscar la felicidad. La vida se trata de servir
a Dios y de someternos a Él en todo, para obedecerle.
Algunos de los fundamentos que han sido edificados
en nuestras mentes y en nuestros corazones nos impiden hallar paz con Dios.
Estamos tan ocupados yendo en pos de las cosas que nos hacen felices, tratando
de sacar el mayor provecho de esta vida… y lo que hayamos edificado sobre esa
búsqueda se desmorona porque el fundamento está mal. En la parábola del hombre
sabio, el hombre sabio cavó y ahondó y puso su fundamento sobre la roca. En
cambio, el hombre necio simplemente comenzó a edificar sobre la arena. El necio
tenía todo al revés.
“Si
fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?’” Esa es mi pregunta esta mañana: si los fundamentos
fueren destruidos, ¿qué ha de hacer el justo? Me he topado con esta pregunta
una y otra y otra vez en mi vida cristiana, en mi vida de buscar a Dios. ¿Qué
puedes hacer si los fundamentos han sido destruidos? ¿Qué es lo que puedes
hacer?.... Pues,,, lo único que puedes hacer es tomar tu pala para cavar hondo
y hallar el fundamento sobre el cual puedas edificar.
Los fundamentos que han sido destruidos son
aquellos que se han edificado mal. Los conceptos del cristianismo que tenemos
en nuestra mente a menudo son aquellos sobre los cuales empezamos a edificar,
pero si edificamos sobre esos fundamentos estamos edificando sobre fundamentos
corruptos. Si estamos edificando sobre la búsqueda de la felicidad en nuestra
vida, estamos edificando sobre un fundamento destruido y no permanecerá. Una de
las primeras enseñanzas del Señor Jesucristo es negarte a ti miso, tomar la
cruz y seguirlo. El que salve su vida, la perderá, pero el que pierda su vida
por causa de Él y del evangelio, la salvará. Pero vivimos en unos días en los
que no es tan sencillo salir a enseñar el evangelio porque la mayoría de los
evangelios que andan por allí han sido edificados sobre fundamentos falsos y
corruptos. Así que necesitamos pelar y desenmascarar toda la falsedad capa por
capa, así como pelas una cebolla, antes de siquiera poder edificar.
No sé cuántas veces me he sentido como que he
tenido que volver a empezar a ser cristiano de nuevo desde un comienzo porque
hallé que alguna capa de cebolla sobre la que había estado edificando era
simplemente otra de esas capas que estaban basadas en falsos conceptos de Dios,
y era necesario volver a empezar. Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué
puede hacer el justo? Nada, más que conseguirse una pala y comenzar a excavar.
Comenzar a pelar esa cebolla de nuevo. A veces basamos tanto nuestro
cristianismo en lo que éste puede hacer por nosotros, o como nos va a ayudar de
alguna u otra manera. Tenemos que cavar al fondo, para echa eso fuera por completo.
Pienso que esa es una de las razones por las que hay muchos ateos en el mundo.
Hay tanta gente que no puede creer en Dios o en Jesús porque han visto tantas
cosas que no se alinea con la verdad. Así que para ser honestos consigo mismos,
tenían que desechar por completo toda la deshonestidad que habían visto, por lo
que al ver que había cosas que gritaban en contra de sus consciencias, en vez
de pelar la cáscara y cavar para descubrir la verdad, más bien se les hizo más
fácil voltearse y decir: “No hay nada allí.” Porque tan pronto como ven que
algún cristiano falla, o tan pronto como alguien no vive según sus
expectativas, o tan pronto como ellos mismos fallan y ven faltas en sí mismos,
eso les da la pauta para abandonarlo todo y aventarlo por la borda, porque
piensan que simplemente no va a funcionar, así que sencillamente abandonan el
camino, ya que lo único que estaban buscando era una excusa para no tener que
cavar por sí mismos.
Pero si vas a caminar con Cristo, tendrás que
cruzar a través de tiempos muy, muy, muy oscuros en esta vida. Satanás tendrá
su arco directamente dirigido hacia ti, así que sentirás toda su ira y toda su
furia, y te sentirás como Jesús en la cruz, cuando estaba colgando de ella en
soledad, cuando dijo: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?”
Él enfrentó esa misma prueba.
En el momento más oscuro de Su vida, se sintió
abandonado por Dios. En aquel tiempo, todos a su alrededor estaban viviendo
vidas supuestamente santas, así como vidas gozosas y saliendo a flote, pero Él,
en cambio, fue un varón de dolores, experimentado en quebrantos. Y mientras
estaba en la cruz, preguntó: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has
desamparado?” sabemos que Dios no lo desamparó, pero Él se sintió
abandonado por Su Padre, a pesar de que Su Padre estaba allí mismo con Él.
Cuando el diablo y el mundo vienen a atacar, tenemos que atravesar eso. Cuando
el Señor habló acerca del sufrimiento, ¡Él habló acerca de tal sufrimiento!
Cuando vives una vida santa, serás muy atacado.
Cuando esos siete hijos de un tal Esceva, que trataron de expulsar a un demonio
de un hombre, en el Nombre de Jesús, el que predicó Pablo, el demonio les contestó:
“A Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero
vosotros, ¿quiénes sois?” Si en verdad quieres seguir al Señor, el
diablo va a poseer toda tu información de contacto. El diablo va a conocer muy
bien tu identidad, tu dirección y tu número telefónico. Y él va a venir a tocar
a la puerta de tu casa directamente.
Hace unos días pensé en el momento en que Jesús estuvo
en el desierto y hubo ayunado durante 40 días, y sabes, cuando pensamos en el
ayuno, me doy cuenta de que esto es otra cosa que está de cabeza en el
cristianismo de hoy, pensamos que la gente que ayuna se acerca más a Dios y que
suben a una cumbre de espiritualidad porque han estado ayunado y pasando tiempo
con Dios, pero ¿sabes quién se le apareció a Jesús después de haber ayunado 40
días? –Fue el diablo mismo el que vino y se le apareció. Y de hecho lo encontró
en Su hora de mayor debilidad. No había comido por 40 días y dice la Biblia que
tuvo hambre, así que, ¿sabes quién llegó a darle ideas creativas acerca de cómo
conseguir un pedazo de pan? El miso Satanás. El Señor jamás nos prometió un
buen tiempo ni un tiempo fácil. Más bien Él dijo: “Estrecha
es la puerta y pocos son los que la halan.” Y si vas a caminar con Dios,
mejor de una vez por todas pon tu corazón en el único propósito de agradar sólo
a Él, y olvídate completamente de ti mismo, porque mientras que tú sigas
involucrado (el yo), entonces lo único que recibirás serán dolores de corazón y
problemas encima de todo. Si puedes ponerte del lado de Dios y saber que
hallarás problemas, lo lograrás, pero si tratas de arrastrar tu “yo” contigo al
mismo tiempo que peleas contra el diablo, no lo lograrás. Porque tu “yo” no sobrevivirá
esa batalla de andar con Dios. Porque andar con Dios es perder tu vida para
este mundo. Hay en estos días tanta gente que está viviendo vidas cristianas
derrotadas porque han edificado sobre un fundamento equivocado. Quizás han
edificado sobre el fundamento de tratar de de estar a la altura de Cristo pero
aún disfrutando de esta vida, en vez de tirarse ellos mismos por la borda,
junto con todo lo que tienen y son, para aferrarse a Cristo.
Hace unos años compré un libro de San Juan de la
Cruz. Hasta el momento aún no lo he leído, y creo que aún ni le he quitado la
cubierta protectora de plástico, pero la razón por la que compré el libro es
por su título. El título es: “La Noche Oscura del Alma.” Tan pronto como vi ese
título, supe que ese hombre sí sabía algo, y tan pronto como leí ese título,
sentí compañerismo con ese hombre porque yo sé de qué está hablando: de la
noche oscura del alma. Y de una vez te lo voy a decir: Si vas a camina con el
Señor, y si de verdad vas a andar en la Luz, la Luz verdadera, entonces tarde o
temprano aprenderás lo que significa la noche oscura de alma, porque tendrás
que cruzar el valle de sombra y de muerte. La noche oscura del ama, y no hay
nadie más que pueda acompañarte a través de esa noche oscura, porque tú tienes
que caminarla solo. Claro, podemos tener compañerismo con otros que andan en la
luz, lo cual también es algo glorioso, pero cuando se trata de andar por esa senda,
parece como que ni siquiera tus amigos y hermanos pueden ayudarte. Aún si ellos
quisieran ayudarte, no pueden hacerlo por ti. Tú tienes que hacerlo solo.
Tienes que atravesar tiempos difíciles cuando básicamente nadie te entiende. Y
si tratas de arrastrar a tu “yo,” no vas a sobrevivir. ¡Tú te tienes que ir!
“Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.” ¡Dios ve! ¡Y Sus párpados examinan a los hijos de
los hombres! Dios es el que te pone en esa noche oscura del alma, para
probarte. Él quiere probarte para ver si, a pesar de que Él te quite todos los sentimientos,
toda la diversión, toda la emoción, toda la esperanza, toda la luz… todo
aquello que pudiera ser un motivo para alabarle, aún así lo deseas, para ver si
después de todo esto aun quieres caminar con Él. El cielo es sólo para los santos.
El cielo es solo para los justos. Pienso que cuando llegues al cielo, todavía
tendrás libre albedrío, y se probará si realmente quieres esta allí o no. Mientras,
aquí en esta vida, Él te quitará todo y te reducirá a cenizas por completo... y
cuando esas cenizas todavía clamen: “¡Todavía quiero seguir a Cristo!” y tú
estés dispuesto a permanecer en esa pila de cenizas hasta que Él quiera
levantarte de entre los muertos, entonces te levantará. El problema es que a lo bueno le llamamos malo, y a lo malo,
bueno. Creemos que experimentar ese tipo de valles sombríos es el abandono de Dios.
“Oye, se supone que debes ser feliz, ¿no sabías? No deberías ver nubes jamás.”
Pero Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el cielo su trono; sus ojos
ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres. Jehová prueba al justo; Dios está buscando a alguien en quien pueda
confiar.
“Jehová prueba al justo; pero al malo y al
que ama la violencia, su alma los aborrece.” ¡Jehová prueba al justo! ¡Él es Quien te va meter
en la prueba y traerte toda clase de problemas porque te ama! Pero al malo y al
que ama la violencia, Su alma los aborrece. Cuando reprendemos al mundo, el mundo
nos dice: “¡Ustedes nos odian! ¡Están llenos de odio! ¡Su mensaje está lleno de
odio!” Una vez más, le llaman malo a lo bueno. Si alguien no es capaz de ver
que cualquier reprensión que reciba es una bendición de Dios, entonces está completamente
ciego. La reprensión, la prueba, los problemas, la tentación, el dejarte ir completamente
solo en algún tipo de fuego, todo eso es AMOR. En cambio apapáchate y mimarte,
deseando consolarte, es odio. Sabemos que fue Dios quien nos amó primero. Y
¿Cuál es el primer paso que Él toma para alcanza al hombre? “La gracia de
Dios que trae salvación nos enseña a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos
y a vivir sobria, justa y piadosamente en este siglo pecador.” La
primer muestra del amor de Dios para contigo es una reprensión. Es mostrarte en
qué estás mal, para que Él pueda probarte. Es por eso que el mundo odia nuestro
mensaje. Dos quiere bajar a edificar sobre un fundamento correcto, y ese
fundamento comienza con Dios reprendiéndote por lo que estás haciendo mal. Quizás
no tengas todas las respuestas en el momento, pero simplemente comienza a pelar
la cebolla y a quitar todo el escombro.
En Nehemías vemos cómo empezaron a reconstruir el
muro y el templo. (Nehemías 4:7-11.)
“Pero
aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de
Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos
comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una
para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios,
y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche. Y dijo
Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es
mucho, y no podemos edificar el muro. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni
vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la
obra.”
¿Qué ocurrió cuando trataron de empezar a
reconstruir? El diablo se enteró de ello y eso lo enfureció tanto que vino a
pelear contra ellos.
“Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa
de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.”
¿Piensas que vas a descansar si sigues al Señor?
Más bien vas a tener que poner una vigilancia día y noche. Estamos acercándonos
cada vez más al fin de este mundo, al final de nuestra batalla. El diablo sabe
que tiene poco tiempo. Por ello atacará con mucha más fuerza a la poca luz que
haya quedado en este mundo. El Señor incluso se preguntó si hallaría fe en la
Tierra a Su regreso. También dijo que si Dios no acortara los últimos días,
entonces nadie sería salvo, y dijo que el diablo trataría de engañar aún a los
escogidos. Los fundamentos están destruidos, no hay en donde edificar, estamos
en días de tan grandes tinieblas que a lo malo llaman bueno.
“Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado,
y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.”
Todas esas doctrinas sobre las que pensamos que hay
que edificar se están bamboleando. Pero además de eso, hay una cantidad
tremenda de escombro, de basura, que necesitamos limpiar. ¿Qué puedes hacer
cuando los fundamentos han sido destruidos, cuando los acarreadores se han
debilitado y cuando hay muchísima basura alrededor? Tienes que empezar a
limpiar una cosa a la vez. No hay mucho sobre lo cual edificar, ya que todo se
ha debilitado. Si quieres llegar al fundamento, tendrás que pelar muchas capas.
Tendrás que quitar varias capas de escombro antes de llegar. Tendrás que llegar
al fundamento y comenzar a reconstruir. Y todo se pondrá oscuro.
“Y
nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de
ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.”
Y en medio de todo esto, el enemigo estará a la
orden del día para trata de que ceses la obra.
De vuelta al Salmo 11:
“Jehová
prueba al justo;
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.
Sobre
los malos hará llover calamidades;
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
Porque
Jehová es justo, y ama la justicia;
El hombre recto mirará su rostro.”
El hombre recto mirará su rostro.”
El Señor es el miso ayer, y hoy, y por los siglos.
Él aborrece al malo y al que ama la violencia. No sé cuánta gente viene y me
dice que Dios no odia, que Él es amor. Déjame decirte. Dios sí odia. Sobre los malos
hará llover fuego, azufre y viento abrasador; ésa será la porción de su copa. Porque
Dios es Justo y ama la justicia. Sólo el hombre recto mirará Su rostro. No
verás a Dios sino sólo hasta que haya terminado esta vida. No serás
recompensado sino hasta que hay terminad esta vida.
Edifica sobre los fundamentos justos. Nos han
enseñado un evangelio tan equivocado, basado en tantos fundamentos tan falsos, como
son la teología ortodoxa, el aceptar a Cristo, el tener una experiencia de
algún tipo, el ser librado de algo malo, etcétera.
Pero mejor observa sobre qué fundamentos comenzó a
edificar Cristo: “Bienaventurados
son los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”
Justo allí.
En muchas otras ocasiones, la gente se queda con la
idea de las formas externas y edifican sobre esas formas, y estoy hablando de
gente de contexto anabaptista.
Los evangélicos, por un lado, sólo edifican sobre
el aire: sobre puras falsas doctrinas. Por otro lado, gente que se considera
justa a sí misma viene y trata de edificar sobre apariencias externas de
piedad, resultando en una santidad que es perversidad. Bueno, eso no suena
bien, ¿o sí? Es una santidad que consiste en sentirse bien por no hacer lo que
los demás están haciendo, teniendo todas las reglas en su lugar, teniendo todas
las doctrinas e ideas en su lugar,… Pero mejor observa dónde empezó el Señor.
“Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados
los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.…”
Pon estas cosas en orden. Humíllate. Tendrás que
conocer la tristeza y el sufrimiento. Aprende a recibir instrucciones y a
obedecerlas, con humildad, sin rebelión, ya sea que te hagan feliz o no. Aquí
están los fundamentos sobre los que tienes que edificar. Entonces puedes añadir
toda la santidad que quieras y permanecerá, pero si primero quieres tener las
cosas santas y luego esto (el fundamento), no funcionará, porque te llenarás de
orgullo religioso. Llega al fundamento primeramente.
Trabaja sobre estos fundamentos, aún cuando no
sientas tatas ganas de hacerlo. Prosigue a la perfección. Solo el que persevere
hasta el fin será salvo. Estamos acercándonos a tiempos cada vez más oscuros.
En Timoteo habla de tiempos peligrosos. Los hombres serán amadores de sí
mismos, soberbios, desobedientes a los padres, avaros, vanagloriosos, etcétera.
Y en medio de eso, únicamente se salvarán los que pierden
todo lo que tienen, los que aún en medio de la duda y en medio de preguntar: “Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?” Sigan adelante. Serán probados
con fuego. Cuando veo la historia de la Iglesia, eso es lo que los mártires y
todos enfrentaron. La gente siempre habla de Pablo y Silas cantando himnos en
la cárcel a medianoche. Esa es una bendición, poder regocijarse en medio del sufrimiento.
He leído de historias de hermanos yaciendo en calabozos y cárceles por meses o
años, hasta que toda su ropa se pudrió y sólo les quedaba el cuello de la
camisa alrededor. Pero aún así no negaron al Señor. Quizás no sabían en dónde
estaba Dios, pero a ellos no les preocupaba su propia felicidad. Si su enfoque
hubiera estado en su felicidad, se hubieran rendido mucho tiempo atrás.
Vamos a tener que sujetarnos nuestros cinturones
para pasar las pruebas. Incluso verás a gente que crees que debería ayudarte, y
más bien no ayudará en nada, pero tú haz lo que tienes que hacer. La gente va a
fallarte con toda seguridad. Cuando lo hagan, es mejor estar listo para
perdonarlos, porque si no, tú serás el próximo en fallar.
¡Este
fue un mensaje de ánimo! Si no viste en él nada más que melancolía y penumbra,
entonces necesitas cavar un poco más profundo.
Que el Señor añada Su bendición a Sus Palabras. ~
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