domingo, 21 de abril de 2013

Tienes que ser digno



Saludos a todos en el Precioso Nombre de Nuestro Señor Y salvador, Jesucristo. Quiero alabarlo esta mañana por la gracia que Él, de su soberanía y voluntad, vio apropiada para enviar a intervenir a este mundo perdido para que ustedes y yo pudiéramos ser despertados de las tinieblas que hay en este mundo y que Él pudiera alumbrar con Su Luz a fin de que fuésemos atraídos hacia Su reino. Que seamos fieles en la paciencia y leales a Él.

Aprecié también el pensamiento en la oración del hermano Joe esta mañana, que el enfoque de nuestras oraciones debe ser “Hágase Tu Voluntad.” Dios le dará a la gente lo que le pidan, y el enfoque de nuestras oraciones debe ser que se haga Su Voluntad. Muchas veces en la Escritura hallamos personas pidiéndole cosas a Dios, pero no pedían de acuerdo con la voluntad de Dios, y muchas veces Dios sí les da lo que piden, pero es para su propio mal y resulta una maldición para ellos eventualmente en muchas cosas. Sin embargo Dios les deja que tengan lo que deseaban. Pero nosotros debemos orar “Hágase Tu Voluntad.” A menudo pienso acerca de cuánta gente con la que hemos hablado, pueden ver claramente cuál es la voluntad de Dios, pero luego dicen: “Voy a orar sobre el asunto,” y como regla general se alejan de lo que el Señor quiere.

En las Escrituras vemos que la oración es en donde se pelea la batalla. Pero al mismo tiempo la oración es también el lugar más peligroso donde podemos estar. De hecho me atrevo a decir que hay más gente engañada por la oración en este mundo, que cualquier otra cosa. Recordemos que el Señor, después de orar y ayunar por cuarenta días y cuarenta noches, el personaje que se le apareció fue Satanás y lo empezó a tentar con todo lo que tenía. Jesús tuvo que vencer esas tentaciones. Pero en esta generación, el sentimiento de molestia más pequeño, o la experiencia encantadora más pequeña que tengamos en la oración nos pude llevar por el camino equivocado. Si el diablo se apareció a Jesús después de haber orado, ¿Cuánto más crees que se te aparcera a ti cuando ores? Por eso, cuando ores, mejor siempre ora que se haga la voluntad de Dios, y que Su voluntad sea hecha en la Tierra como lo es en el cielo. Estamos tan propensos a ser engañados por el diablo, y el diablo es un gran experto en usar cosas que se suponen que deberían ayudarnos, para nuestra propia destrucción. Por eso, perdona cuando ores. Ora con misericordia. Ora con un deseo ardiente de cumplir la voluntad de Dios, sin importar cuán dura parezca ser ésta.

Pero bueno, ese no es nuestro mensaje de esta mañana, aunque nos servirá como un poco de guía. Porque hay tanta gente engañad a causa de que en la oración han tenido alguna experiencia emocional tan fuerte, se han sentido en la cima de la montaña, y piensan que es por causa de Dios, así que en vez de seguir adelante, se quedan atorados allí, y ya no prosiguen al lugar en que rindan su voluntad a la de Cristo.

Bueno, esta mañana quiero comenzar en Mateo 3:11:

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”

Esta mañana quiero hablar acerca de ser dignos. Primero mencionaremos otras cosas, pero quiero enfatizar en este punto: ser dignos. Y algo que sí quiero decir esta mañana, solo para ordenar los pensamientos es lo siguiente:

“Ser cristiano no se trata de guardar leyes y reglas. Ser cristiano no se trata de pertenecer a una hermandad. Ser cristiano no se trata de se como un policía moral que anda vigilando a todos, a ver quién quebranta una ley. No somos llamados a ser policías ni guardadores de leyes”.

Cuando Cristo vino a esta Tierra, muchas veces asociamos Sus enseñanzas con leyes o mandamientos, cosa que sí son, pero antes que nada, debemos tener en mente que cuando Él vino enseñando, Él vino predicando acerca del Reino de Dios, y dentro de ese contexto nos advierte acerca de cosas que nos pueden impedir ser contados como dignos de participar en Su reino. Es decir, lo que la Biblia nos enseña son guías acerca de cómo podemos transitar a través de este mundo tan lleno de tinieblas, a fin de que lleguemos sanos y salvos al Reino Celestial. Él nos enseña a evitar y alejamos de algunas cosas, no porque “si no las evitamos” Él vendrá a golpearnos a palos directo en la cabeza, sino porque Él nos ama y no quiere que este mundo nos atrape. Sus enseñanzas son para que las podamos aplicar a nuestras vidas. Para que podamos ser más que vencedores en medio de este mundo pecador, por medio de aquel que nos amó. Estamos tan condicionados a creer que cuando escuchamos una enseñanza nueva acerca de algún tema, es una regla o ley más que tenemos que guardar, pero no se trata de eso. Se trata de amar a Dios. Se trata también de nuestro propio bien y de cómo ve Dios el pecado. Cuando nos dice que no amemos al mundo, no está hablando de que nos separemos de todos y vayamos a escondernos a algún lugar lejano. Está diciendo que nos guardemos de lo que el mundo tiene que ofrecernos, porque el mundo es nuestro enemigo en el sentido de que desea apartarnos de la mano de Dios. Y si permites que este mudo te tiente y te empiece a gustar, entonces te va a enredar. El mundo está lleno de pasiones atractivas y sabe exactamente qué ofrecerte para satisfacerte. Así que el Señor simplemente nos hace advertencias. No permitas que lo que el mundo te ofrece aleje tus ojos de lo que es verdaderamente importante.

El espíritu del reino de Dios y el espíritu de este mundo son contrarios, y necesitamos aprender a reconocerlos a ambos, a ejercitarnos para la piedad, y a entrenarnos para vigilar en contra de las cosas del mundo.
1ª Juan 2:15: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
El mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. ¿Crees tú que esa es solamente otra regla adicional? ¿Crees que es una restricción que Dios quiere ponernos sólo porque sí? No, Dios quiere que sepamos que el mundo es nuestro enemigo, y nos recuerda que todo lo que nos tiene que ofrecer pasa. Y sólo por medio de hacer la voluntad del Padre podrás vencer este mundo.

Santiago 1:
“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Tengan por gran gozo cuando se hallen en diversas pruebas y tentaciones, porque allí está la oportunidad de ejercitarte y de hacerte más fuerte. ¿Saben? He visto de mí mismo y en la demás gente, que entre más satisfaces a tu carne, tu carne quiere más. Hay gente que puede dormir 10, 11, 12 horas en una noche a veces, y la verdad es que se levantan cansados y con flojera, porque no hubo ejercicio alguno allí, y entre más se relaja el cuerpo o la carne, menos cosas quiere hacer. Hay gente que se enferma y a veces les cuesta mucho trabajo recobrar su salud porque su cuerpo se siente tan débil que no quieren hacer nada y sólo se sientan en una silla. He viso ancianos que sólo se sientan en una mecedora y se rinden, porque han perdido la voluntad para vencer la debilidad de sus cuerpos y para mantenerlos activos. Se les hace cada vez más difícil porque su carne se hace más y más fuerte. Así que ¡gózate si eres tentado! Tómalo como una oportunidad para ponerte en contra de tu carne, hacer morir lo terrena en ti, y pelear contra el pecado. ¡Pelea! La carne es tu enemiga.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

 Aquí tenemos una de las cosas que con toda seguridad le puedes pedir a Dios y no tienes que preocuparte si estás orando por algo correcto, porque Dios te dará abundantemente, así que pon en tu lista de oración que Dios te dé sabiduría.

Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.
El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”

Sé determinado en tu dirección, firme en tu convicción, fiel en tu certeza, sé de una sola mente.

El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación;”

Puesto que la prueba de la fe produce paciencia, que el hermano de humilde condición se regocije en su exaltación.

10 pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba.
11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.”

Una vez más, no veas esto como una ley, sino más bien observa que las riquezas te pueden hacer soberbio, así que ¡huye de eso! Aquí habla en el contexto de las riquezas, pero puede aplicar a muchas otras cosas más. Si ves que algo mina tu vida espiritual, si ves que algo te ensoberbece, ¡velo como algo que es muy peligroso que hay que evitar y de lo cual huir!

12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”

Sí, pon la mira en las cosas de arriba, no en las de la Tierra. La Tierra pasa y sus deseos, y las cosas de esta Tierra te alejarán del reino de Dios al punto en que te quedes ciego.

Sí, puedes guardar leyes. Puedes guardar muchas reglas, conservando una apariencia y parecer que estás vivo. Puedes parece cristiano y estar muerto. Algunos hermanos que he conocido y con los que he trabajado, los veo cómo poco a poco se van deslizando, y aún vienen a la Iglesia, aún actúan religiosamente, y aún guardan muchas cosas, pero poco a poco los veo ir muriendo, y es como si les pudiera decir: “Adiós, sé que ya no te veremos más, puedo ver tu cuerpo, hablar contigo, y puedes venir, pero te estás muriendo, te estás muriendo tristemente.” Y eso es tan real como ver a alguien muriendo de un infarto o de un cáncer.

13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”

Mira, el pecado no te va a brincar de manera muy evidente y a invitarte a desobedecer y a agarrarte la primera vez que cedas. No, el pecado es mucho más sutil que eso. Es más peligroso que eso. Si fuera como un oso que vine rugiendo y amenazando, huiríamos de él y, si nos alcanzara, nos comería de un solo bocado, pero el pecado no es así.

Ocurre más bien así: primero te comes una pequeña rebanada de pastel, y no estás pecando por hacer eso. Pero luego comes otra rebanada de pastel. Y luego otra rebanada de pastel. Y luego otro pedacito. ¡Oh, está tan delicioso, está tan bueno! Y cuando menos te das cuenta, ya tienes la necesidad de comer pastel en cada comida. Y algún día, te encuentras comiendo dos rebanadas de pastel en cada comida. Comienza como algo fácil, algo cómodo, algo que nos gusta y que no parece tan peligroso, pero de repente eso te va secando y ya estás durmiendo espiritualmente.

Comienza con simplemente ver algo que no deberías ver. Es tan agradable para nuestra carne. Quizás no sea algo tan grotesco y pecaminoso que aparezca como un oso rugiente, pero le agrada a tu carne, y quieres ver más. Cualquier cosa que te aleje de Dios pertenece al mundo y no proviene de Dios. Dios no es tentado de nadie, ni él tienta a nadie. Él permite que seamos tentados, pero Él no nos tienta. Es el mundo y el diablo los que vienen y quieren alejarnos de Dios.

Por eso, mejor aprende a guardarte. Aprende a escoger siempre un camino más difícil, más duro y más seguro, pero que a la vez sea sencillo. Claro, no estoy diciendo que sea pecado comer un dulce de vez en cuando. Pero siempre guárdate. Entre más persigas las cosas de la carne, más vas a querer de eso. Mejor ve tras lo simple. Sí, satisface tus necesidades con gusto, pero haz todas las cosas con templanza. Pablo había aprendido a estar contento, tanto en la escasez como en la abundancia. Hay lugares y momentos cuando podemos comer hasta saciarnos. Pero hay lugares y momentos en que no podemos hacerlo, en que quizás no hay nada para comer. Si hemos aprendido dominio propio, no nos costará trabajo acostumbrarnos a toda situación.

14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.”

¿Qué es lo que nos tienta? Es nuestra propia concupiscencia, pero ¿sabes? A veces volteamos a los lados y vemos gente que quizás puede hacer algo que nosotros no podríamos hacer, y nosotros quisiéramos hacerlo, y lo intentamos, pero caemos. Recuerdo un pequeño tratado que leí hace mucho: “Otros pueden, tú no.” Hay cosas que otra gente, incluso hermanos verdaderos, puede hacer, a las cuales tú quizás ni siquiera puedas acercarte. Sólo porque alguien más puede hacerlo, no te da el derecho a ti de hacerlo necesariamente, tal vez eso constituye una trampa para ti. Si algo es una trampa para ti, evítalo, sin importa quién más sí lo haga. Podrías pensar que eso es injusto, pero más bien deberías pensar que debes deshacerte de todo lo que pueda ser de tropiezo para ti o para alguien más. Puede ser que hermanos puedan comer algo sin tener problemas, pero si a ti te causa problemas, evítalo. Aprende a caminar a solas con el Señor en firmeza y mantente listo para derramar lluvias de gracia y misericordia sobre aquellos que no han llegado a tu estatura espiritual.

15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”

Guárdate. Los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida. ¿Hay algo que estás permitiendo que se conciba en tu vida? Pudiera se algo que piensas que no es tan grave, pudiera ser algo que piensas que puedes manejar.
Pero recuerda que el pecado es muy sutil y si cedes a él, tarde o temprano, te dejará ciego.

Lucas 20:35: “… mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.”

Estas son palabras de Cristo mismo. Los que sea tenidos por dignos. No te preocupes por tu vecino. ¿Serás TÚ contado como digno? Esa palabra digno significa apropiado, adecuado, calificado, apto, cualificado, listo, preparado, con la facultad o potestad de. ¿Eres apto para el reino de Dios? Si estás lleno de lo que el mundo ofrece, entonces no.

Lucas 21:36: Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”

¡Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre!... En este mundo, en este tiempo, estamos siendo probados para ver si seremos dignos de escapar de todo lo que vendrá. Todo lo que nos tienta, nos tienta para tratar de hacer que no seamos dignos del reino de Dios cuando el Señor regrese. Estuve buscando y tan sólo esta mañana encontré al menos 20 versículos acerca de ser dignos. No seas sorprendido por los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. La primera vez no va a parecerte como algo que te va a hacer daño. El mundo es sutil y atractivo. Aparecerá algo que se ve bonito, que huele bonito, que te hace sentir bien, y somos susceptibles a eso que parece deseable. Y quizás no veas ni sientas ni pienses que es un cocodrilo que te está persiguiendo, pero sí lo es. La primera vez que cedas, estás sólo abriendo la puerta para el diablo y pronto verás que estás enjaulado y la jaula cerrada. Guárdate y guarda tu alma de todo peligro.

No nos va a hacer daño ser más radicales, ser más puros, ser más santos, ser más sencillos, ser más humildes. Y habrá batallas que tendremos que pelear de aquí hasta el día que muramos.
“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.” Mateo 10:37-38.
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,” Efesios 4:1
“… y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria.” 1ª Tesalonicenses 2:12.
“Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.” 2ª Tesalonicenses 1:5.
“Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” Apocalipsis 3:4.
Aquellos que tienen la absoluta confianza y seguridad de que van al cielo sin importar qué, no están preocupados por ser dignos, y no serán dignos. Pero los que se sienten indignos y tienen temor de no ser dignos, y se esfuerzan en el Señor y en el poder de Su fuerza, negándose y tomado su cruz cada día, ésos tienen lo que se necesita para se dignos y llega al cielo. Juan el Bautista dijo que ni siquiera era digno de desatar la correa del calzado de Señor. Él no tenía esa falsa seguridad de que iba a llegar al cielo sin importar qué, eso fue lo último en su mente. Él se esforzaba por ser digno cada día. Hay toda clase de versículos que hablan acerca de ser dignos y de que andemos como es digno de Dios, puedes buscarlos con una concordancia. Ejercítate para que cada vez seas más fuerte y más fuete, en vez de ser más débil y más débil.
Y cuando este mundo y sus deseos pasen, y todo lo agradable a la carne que nos tentaba se haya acabado, y aún todo lo que nos afligía y dolía y nos hacía sufrir también haya pasado, entonces el único clamor que se oirá y lo único que quedará será: “Digno es el Cordero que fue inmolado.” Eso será lo único. Oro, y deseo que seamos tenidos por dignos de escapar de las cosas que vendrán y de ser de aquellos que alaben así al Cordero por toda la eternidad. El Señor también ora por y con nosotros.

“¡Digno es el Cordero que fue inmolado!” ¡Amén!  Que Dios bendiga Su Palabra ~

-      Por David Keeling, traducido y transcrito por Josué Moreno





martes, 16 de abril de 2013

Victoria Pírrica


Nota acerca del título: Una “victoria pírrica” es aquella en que el Ejército ganador –si bien venció– lo hizo a costa de muchas pérdidas y sacrificios, al extremo que el resultado puede ser equivalente a una derrota. El concepto de “victoria pírrica” viene de una victoria de Pirro, Rey de Epiro, sobre los romanos, a costa de muchas bajas en su ejército, lo que, a la postre, le fue desfavorable.

La iglesia moderna predica una falsa doctrina de salvación
“El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:20)
Los miembros de las iglesias evangélicas y denominacionales que existen en la actualidad aseguran que con decir una oración aceptando a Jesús en su corazón son salvos sin importar que después sigan pecando, argumentan erróneamente que la gracia de Dios justifica sus pecados, lo que en ninguna manera es posible según el Apóstol Pablo cuando inspirado por el Espíritu de Dios escribió acerca de este tema en (Romanos 6:1-23), dicen las personas que promueven esta doctrina que el que quiere esforzarse a entrar por la puerta estrecha (Lucas 13:22-28) luchando a diario por agradar a Dios obedeciéndole, se está queriendo apoderar de la salvación, ellos defienden que es únicamente por gracia y que no tienes que hacer nada para salvarte, que las obras le agradan a Dios pero que no son tan importantes. Sin embargo eso no es lo que dicen las Sagradas Escrituras, las obras no es que agraden a Dios, más bien son un mandato de Él, en la Biblia encontramos que El Señor “Pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Romanos 2:6,7),  “Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28,29), también dice que “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9),  en el evangelio de Mateo está plasmado que debemos ser constantes en el buen camino para ser salvos y no sólo aceptar a Jesús en nuestro corazón (como si Él mendigara nuestro amor): “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13). Dios nos llamó a ser perfectos “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. (Mateo 5:48) Para los evangélicos no hay nadie perfecto, entienden el término como lo concibe el mundo (nunca cometer un error o nunca equivocarse); la concepción bíblica del término  es distinta, la perfección para Dios es estar en constante confianza en Él, andar en la luz que tenemos poniendo en práctica lo que sabemos y entendemos de su Palabra. (1 Juan 1:7) También, en estas iglesias se piensa que si dices ser santo ya no estarías aquí en esta tierra, sino en el Reino de Dios, pero en la Palabra se nos muestra lo siguiente: “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. (1 Pedro 1:15-16).  ¿En toda vuestra manera de vivir?, ¿dónde?, ¿en el Cielo o aquí en la tierra?
Para ellos decir que quieres luchar en contra del mal y dejar de pecar es lo mismo que afirmar que en vano vino Jesús a este mundo, porque piensan que debemos pecar para que el sacrificio del Señor valga la pena y de esa manera abunde la gracia. El Apóstol Pablo refuta este argumento contundentemente cuando escribe lo siguiente: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?  En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (Romanos 6:1-2).
Ejemplos evangélicos
Los congregantes a estas denominaciones son enseñados por sus pastores a ejemplificar sus falsas doctrinas de la siguiente manera (vamos a plasmar textualmente los ejemplos y después se argumentará en contra de los mismos):
Ejemplo 1: “Si usted le regala algo a una persona y después de un tiempo tiene problemas con esa persona ¿usted le quita el regalo?”
Este argumento se refiere a la salvación de Dios como un regalo el cual ya no puede ser arrebatado. Normalmente cuando alguien regala una cosa (material) no pide que se le regrese después, hay una frase que dice “lo que se da ya no se quita”. Pero la cuestión es: ¿Podemos comparar las cosas materiales de este mundo con las cosas de Dios?
Ejemplo 2: “Oiga pero si usted tiene hijos y le desobedecen, ¿dejan de ser sus hijos?”
Una vez más se hace un comparativo entre las cosas y acciones de este mundo con las cosas eternas. Con este fundamento se refieren a que Dios es nuestro Padre, que nunca dejaremos de ser sus hijos y por lo tanto no nos quitará la salvación. Debemos aclarar primeramente que todos somos “creación de Dios” pero no todos son “hijos de Dios” Nuestro Señor dice: “Por lo cual salid de en medio de ellos, y apartaos, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas.” (2 corintios 6:17), al leer estas Palabras nos damos cuenta de que Dios no tiene a todos como hijos, Él nos adopta como sus hijos cuando decidimos salir de en medio de los que hacen el mal.  Sus hijos le obedecen en todo y no a medias o en lo que les convenga, sus hijos no sólo toman las promesas y beneficios que otorga el Creador, sino que toman el compromiso y las condiciones necesarias para ser dignos ante Él, sus hijos le siguen siempre y no a veces, sus hijos le obedecen en todo incondicionalmente y no en algunas cosas poniendo condiciones, sus hijos le aman y honran con todo el corazón y no solo de palabra. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27)
Dios a través del Apóstol Juan escribió que “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”. (1 Juan 3: 8 -10)
Es claro que biológicamente nunca dejaremos de ser hijos de nuestros padres terrenales, pero ser hijo de un padre terrenal es incomparable con ser hijo de Dios, es algo muy diferente.
Con respecto a lo anterior David Bercot escribió el siguiente fundamento en su libro “El Reino que Trastornó el Mundo”: “Sin embargo, los que fallan en la prueba del compromiso a menudo sí creen en las afirmaciones y promesas de Jesús. Pero ellos no quieren hacer el compromiso que Jesús demanda. En efecto, ellos tratan de aceptar la invitación de Jesús al banquete del reino, mientras rechazan todas sus condiciones. ¿Cómo lo hacen? Ellos buscan a alguien que reparta invitaciones para ingresar al reino sin ninguna condición. Por tanto, de manera simbólica, podemos decir que estos son los que suben los muros en grandes cantidades. Según Jesús, al final los que se cuelan serán la mayoría de los presentes en su reino. Ellos son los “muchos” que son llamados, pero no están entre los “pocos” que son escogidos. Ellos nunca han hecho ningún compromiso con Cristo o con su reino. Ellos pueden creer que Jesús es su Salvador, pero realmente no lo aceptan como su Señor. Por tanto, al final, Jesús dejará en su reino sólo a los que verdaderamente creen en sus promesas y aceptan sus condiciones. Esos son los que lo aman más que a todo en la tierra y quienes con gusto darían sus vidas por él. Esos son los que Jesús quiere tener a su lado por la eternidad”. (p. 126 - 127)
Los cristianos primitivos vivieron a la luz de las enseñanzas de Jesucristo, algunos fueron instruidos directamente por los discípulos del Único Maestro, su manera de vivir se basaba solamente en la Palabra, vivieron el mensaje de Jesús de forma muy literal (sin excepciones o añadiduras) y ninguno de sus escritos apoya la teología moderna referente a la salvación, por ejemplo, Cipriano - 250 d.C. escribió lo siguiente con relación al tema que estamos analizando: “El que sigue a Cristo, se para en sus mandamientos, va por el camino de sus enseñanzas, sigue sus pasos y sus caminos, imita lo que Cristo hizo y enseñó… Llevar el nombre de Cristo y no ir por el camino de Cristo, (qué otra cosa es, sino) una burla al nombre divino. Es igual que abandonar el camino de la salvación. Pues Él mismo enseña y dice que cualquiera que guarda sus mandamientos entrará a la vida”.
Creemos que Dios en su misericordia y gracia nos libertó “del poder del pecado” y que Él no recibirá a nadie que “esté rendido al poder del pecado”, es decir,  Jesús vino a liberarnos del mal y es nuestra responsabilidad comenzar a caminar en obediencia a sus mandatos.  “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente,  aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. (Tito 2:11-14)
Vivir cada día para vencer al pecado es el camino del cristiano verdadero (yendo contra la corriente de este mundo), no se trata de quedarnos “parados” después de haber sido libertados, esperando así encontrarnos dignos ante Él, presumiendo que Jesús ya pago por nuestros pecados (porque cuando un preso es liberado de su cautividad, acaso ¿se queda en su celda?), Digno ante nuestro Señor es aquel que le ama y el que le ama es aquel que le obedece y diario vence al mal en este mundo corrupto, “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:21).
Ejemplos bíblicos
Dos ejemplos claros que nuestro Señor Jesucristo nos enseña a través de su Palabra son los siguientes:
Los dos deudores: “Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.  Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía”. (Mateo 18:23-34)
Al analizar las palabras del Maestro, podemos darnos cuenta de que aquel siervo había sido liberado de su deuda, el rey le perdonó su adeudo y esperaba que también hiciera lo mismo con sus consiervos, sin embargo, en el momento en que el rey se percató de que su siervo no había perdonado al que le debía, lo llamó y le cuestionó acerca de su falta de misericordia, por esta razón fue entregado a los verdugos hasta que pagase todo lo que debía (por ende entendemos que el siervo estaría encerrado para siempre por que anteriormente había rogado al rey para que le esperara porque en ese momento no tenía los diez mil talentos que le debía) “Hemos sido enseñados. . . que si los hombres por sus obras se muestran dignos de su gracia, son tenidos por dignos de reinar con él en su reino, habiendo sido liberados de la corrupción y los sufrimientos”. (Justino Mártir - 160 d.C.)*
Con relación a las personas que defienden la falsa idea de que la salvación no se pierde y que después de haber sido libertados del mal pueden seguir pecando y hallar gracia delante de los ojos del Señor, hacemos las preguntas: ¿Por qué el siervo no refutó la condena de su señor diciéndole que él ya le había perdonado su deuda?, ¿Por qué en ese momento, el siervo no sacó su “recibo” (en sentido figurado) que le garantizaba su libertad? El rey fue certero y lo condenó por su falta, porque esa deuda había sido perdonada, mas no pagada. “Suplicamos que, puesto que hemos conocido la verdad, seamos en nuestras obras hombres de buena conducta, cumplidores de los mandamientos, y así alcancemos la salvación eterna”. (Justino Mártir - 160 d.C.)* Así mismo Jesús se dio para el perdón de los pecado, el nos libertó de esa esclavitud, de esa deuda, pero muchos han malentendido por conveniencia ese sacrificio y suponen que Cristo ya pagó por sus pecado (pasados, presentes y futuros) por lo tanto tienen toda la libertad de hacer el mal y jactarse de que serán recibidos por el Altísimo. “Porque si hacemos la voluntad de Cristo hallaremos descanso; pero si no la hacemos, nada nos librará del castigo eterno si desobedecemos sus mandamientos. Por tanto pongamos en práctica la justicia, para que podamos ser salvos hasta el fin”. (Segunda de Clemente - 150 d.C.)*  (Este argumento basado en la Palabra de Dios, fue tomado del hermano David Keeling en una de sus predicaciones acerca de este tema). Lo que hizo Jesús por nosotros no cambia el pensamiento de Dios, Él sigue aborreciendo el pecado y la maldad.
El joven rico: “Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.  Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones”. (Marcos 10:17-22)
Vemos al Señor Jesucristo entablando conversación con un joven que quería saber cómo heredar la vida eterna, declarando que todos los mandatos de Dios habían guardado. Pero qué fue lo que le expresó Jesús al joven, ¿acaso le dijo: “Una cosa te hace falta, acéptame en tu corazón, cree que yo soy  tu Dios, único y suficiente Salvador y de esa manera heredarás la vida eterna”? De ninguna manera Jesús le dijo a este joven que lo único que tenía que hacer era aceptarle como su salvador personal, claramente lo animó a renunciar a todas sus posesiones, entregarlo todo y a seguirle por el camino de la cruz. “Soportando el sufrimiento y siguiendo a Cristo por el camino estrecho en el que Cristo anduvo, podemos recibir el premio de la vida eterna”. (Cipriano - 250 d.C.)*  Al final, el joven decepcionado de estas palabras se fue, dejando claro que su verdadero señor era el dinero. “A este Hijo el Padre ha revelado para manifestarse a sí mismo por él, y para recibir en el eterno refrigerio a los justos que creen en él, pues creer en él significa hacer su voluntad”. (Ireneo - 180 d.C.)*
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. (Mateo 7:21)
En conclusión, Dios ha dado a todos los seres humanos la oportunidad de ser ciudadanos de su Reino (sus hijos) Él no quiere que ninguno perezca sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9), para esto debemos rendirle toda nuestra voluntad y corazón. Todos podemos ser hijos de Dios, Él nos lo ha prometido por medio de su Preciosa Palabra, pero esa promesa lleva una condición “guardar sus mandamientos” (Juan 14:21 y 15:10) el que no guarda sus mandatos no le ama (Juan 14:24) y por lo tanto no puede considerarse su hijo, El Señor también nos dijo: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. (Apocalipsis 3:21) Reflexionemos con respecto a este versículo: “¿Al que venciere?”, ¿Qué tendríamos que vencer, si con sólo aceptar a Cristo en nuestro corazón ya somos salvos?

Es falsa la idea de que para darle valor al sacrificio del Señor debemos seguir pecando pregonando que de esta manera la gracia abundará, lo vemos claramente en el capítulo 6 de Romanos. Muchas personas han tomado algunos versículos de la Biblia para justificar sus faltas, pero no hay ninguna justificación. “El Hijo de Dios tomando la forma de un siervo fue obediente hasta la muerte para que pudiera enseñar la obediencia a quienes de ningún modo podrían hallar la salvación, sino por la obediencia”. (Orígenes - 245 d.C.)* La humanidad estaba rendida a la esclavitud provocada por el mal, el diablo se había adueñado de toda alma existente aquí, Dios vino a este mundo para vencer al mal y a la muerte, lo que Él hizo por amor a nosotros nos otorga una oportunidad de seguir su ejemplo “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas”. (1 Pedro 2:21) Después de haber sido liberados del poder del pecado debemos caminar en obediencia a sus mandatos. Un fundamento que respalda lo anterior es el que a continuación se muestra “Asimismo hay procedimientos o pasos que deben seguirse para que una persona pueda entrar en el reino de Dios. Para comenzar, las personas tienen que ser liberadas para que puedan entrar en el reino. Esto se debe a que todo el género humano es esclavo del pecado, de Satanás y de la muerte. Jesús murió en rescate para librarnos de esa esclavitud. Por medio de su muerte, él ató a Satanás y limpió a todos los creyentes por medio de su sangre. Una persona se beneficia de la sangre derramada por Jesús cuando sigue, por medio de la fe, los pasos establecidos en la escritura”. (Bercot, 2003, p. 132) Ninguno que después de haber sido redimido sigue rindiéndose al pecando es digno de llamarse hijo de Dios “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados”. (Hebreos 10:26)
En la Escritura está establecido que “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido” (1 Juan 3:6). Ahora bien, “el que le levantó a Él de los muertos nos levantará también a nosotros; si hacemos su voluntad y andamos en sus mandamientos”. (Policarpo - 135 d.C.)*.
Triste será aquel día en que los que creen que han asegurado su salvación por medio de una oración (aceptando a Jesús en sus corazones), sean rechazados por Él, porque al mismo tiempo han desechando Sus Mandatos acerca de la verdadera vida cristiana: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:22-23), ¡las iglesias evangélicas han cantado victoria con sus “doctrinas de derrota” en las cuales se han rendido al pecado, pero es muy posible que al final esa victoria sea desfavorable para ellos!
Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”. (Juan 8:34)
Por: Pedro Santos
Referencias:
- Reina Valera, Santa Biblia 1960
- Bercot, David. El Reino que Trastornó el Mundo, Farmington, N.M. Publicadora L. y L. 2003.
* Escritos de los Primeros Cristianos, en: http://www.laiglesiaprimitiva.com/diccionario.html

miércoles, 10 de abril de 2013

Dios odia


Saludos a todos en el Precioso Nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Esta mañana tengo algunos pensamientos acerca de entender Quién es Dios. En el Antiguo Testamento vemos repetidamente acerca de Dios, que en sus mandamientos recurrentemente condena la idolatría, como por ejemplo dice “No tendrás dioses ajenos delante de Mí, porque Yo soy un Dios Celoso” (parafraseando). Eso es parte de Quién es Dios. No es un Dios que a la ligera vaya a compartir la devoción que le tenemos a algo o alguien más (idolatría). Cuando estamos predicando, hay mucha gente que se nos acerca y nos dice: “Mi dios no es así. Mi dios no diría eso. Mi dios no juzga. Mi dios no odia.” La gente se ha creado dioses de su propia imaginación. La Biblia dice también que “No te harás imagen ni ninguna semejanza.” Cuando pensamos en una imagen, generalmente pensamos en un ídolo de oro, piedra o porcelana. Pero una manera de hacerte una imagen es más bien crear en nuestras propias mentes una imagen de Dios que no es la apropiada. Eso es un ídolo tanto como lo es una figura ante la cual te arrodilles. Si tenemos en nuestras mentes una imagen de Dios que no encaja con la Biblia, hemos creado la imagen de un dios que es tan idolátrico como cualquier otro dios que no sea Dios. El Dios de la Biblia es Quien creemos que es nuestro Dios. El Dios de la Biblia es el Creador del mundo, y será mejor que lo conozcamos. Será un día terrible cuando toda esa gente se enfrente con EL DIOS que creó el mundo, con EL CREADOR, EL DIOS DE LAS EDADES. La opinión que ellos tenían acerca de Dios en ese momento ya no importará más.

Apenas esta semana escuchamos a alguien decir: “Bueno, si así es Dios, entonces no quiero que sea mi Dios. No me gusta el Dios al que ustedes sirven.” Pero, ¿Qué tiene que ver eso? O servimos al Dios Verdadero, o si no, servimos a un dios falso, de nuestra imaginación. Y ya han declarado claramente que no quieren al Dios que nosotros servimos, no quieren a Su Creador. Una de las cosas que hemos oído recientemente con relación a esto, es la palabra “odiar.” Mostramos algunos letreros que contienen tal palabra o alguna de sus derivadas, y te asombraría ver cuánta gente viene y nos dice: “Mi dios no odia a nada ni a nadie.” Se sorprenderán cuando el Señor vuelva por segunda vez.

Estaba apenas hace un tiempo leyendo en Apocalipsis capítulo 6. Vayamos allá.

“1Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.”

Uno de los juicios o sellos de los últimos días es una de estas cuatro bestias, y se le dará poder para vencer y conquistar.

“3 Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: Ven y mira. 4 Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada. 5 Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la mano. 6 Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.”

Una de estas bestias va a vencer o conquistar. Ya casi no sabemos lo que es vencer en la guerra porque vivimos en un mundo supuestamente civilizado, en el año 2013, y supuestamente sabemos cómo llevarnos bien. Vencer es ganar una guerra, y para ganar una guerra, la gente destruye cosas y mata gente. En estos últimos tiempos las cosas y la gente van a estar siendo dañadas y aún van a morir de hambre por los elevados costos del trigo y la cebada. Habrá una hambruna terrible. ¿Y sabes Quién está detrás de todo eso? El amor. Dios es amor, ¿no sabías eso? La gente dice: “Dios nunca haría algo así, Dios nunca enviaría un ángel a vencer y conquistar porque Dios es amor. Dios es todo amor.”

“7 Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira. 8 Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.”

La cuarta parte de la tierra. Se dice que hay cerca de 6 billones de habitantes en esta Tierra. Entonces un billón y medio de esa gente morirá debido a este ángel que Dios va a mandar. Un ángel va a acabar con un cuarto del mundo, y es DIOIS mismo el que lo envía.

“9 Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. 10 Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? 11 Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos. 12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; 13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. 15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; 16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”

No veo cómo alguien piensa que le hace un gran favor a los demás predicando a un dios que no trae juicios como estos, cuando la Biblia habla claramente de que esto va a suceder. Ahora bien, Dios sí es Amor, pero como hemos dicho antes, Su amor no está en juego, Su amor no está puesto a prueba, porque Él es Fiel. Es nuestro amor a Él lo que está en prueba. Dios va a juzgar a este mundo. Cuando el Señor Jesús regrese a esta Tierra, vendrá en llama de fuego a tomar venganza de todos aquellos que no obedecen al evangelio. Y el enojo. Tú y yo sabemos lo que es el enojo, sabemos lo que es realmente estar airado contra alguien. Quizás todavía podemos acordarnos cómo, antes de convertirnos, nos enojábamos, y cómo se siente la ira contra alguien. Bueno, pues la Biblia dice que Dios está airado con el impío todos los días, y es sólo Su gran Misericordia y Amor lo que lo refrena en Su Ira, porque todavía espera con paciencia a que la gente se arrepienta.

Esta mañana oímos sobre Acaba, y cómo fue un rey tan, pero tan perverso. Y sin embargo al final de su vida, se humilló y oyó a Dios, y Dios no trajo juicio sobre él. Vemos a uno de los reyes más perversos en la Biblia, y sin embargo, cuando se humilló, allí estaba la misericordia de Dios. Pero para aquellos que continúan en su orgullo, su rebelión, no hay nada para ellos, sino ira y juicio. De hecho, la Biblia dice en Proverbios que cuando el temor venga sobre ellos, Él se burlará de su calamidad (Proverbios 1:26). Ese es Dios. Por supuesto que Él es misericordioso… si te vuelves a Él y a Sus caminos. Una de las mejores maneras que conozco para agradar a alguien es encontrar lo que a esa persona NO le gusta, y luego hacer exactamente lo opuesto. Una forma es saber lo que alguien ama, y hacer lo que ama, pero también otra manera de agradar a alguien es saber lo que odia, y evitarlo a toda costa.

Proverbios 8:13 “El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.”

Sé que hay muchos de nosotros aquí que aborrecemos el mal. Es bueno aborrecer el mal y amar el bien. La Biblia dice que los que tienen hambre y sed de justicia serán saciados. El cielo es para los justos, para los que aman lo que es justo y odian lo que es malo. ¿Amamos lo que es justo? La gente tiene que amar la verdad y el bien.

En estos días, el bien es despreciado en este mundo. La gente no quiere oír la verdad. Quieren oír algo suavecito y grisáceo, no blanco y negro. Odian la verdad y la justicia. Pero tú pon tu corazón en la rectitud, olvidándote de lo que tengas que enfrentar en este mundo a causa de eso. Todo el mundo quiere estar ocupado haciendo algo, y hay veces que estamos tan ocupados haciendo cosas, y cuando el Señor venga, puede ser que venga en uno de esos días que todos querían terminar su labor porque ve que hay tantas cosas que le faltan por hacer, y el hecho de que venga Cristo les va agravar la situación porque no pudieron acabar con su pequeña labor, ya que el juicio vino. No, ama la justicia y la venida del Señor., Sí, el temor del Señor es aborrecer el mal. Pero en la siguiente frase dice: “La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco.” Hay mucha gente que aborrece el mal, pero están tan llenos de orgullo porque no están haciendo las cosas que los demás pecadores hacen. Aborrecen a toda esa gente egoísta que vive vidas autodestructivas, pero ellos están llenos de orgullo. Yo sé que es difícil cuando estás allá afuera y ves toda la maldad que hay en el mundo, es difícil aborrecer esa maldad y al mismo tiempo no llenarte de orgullo ni volverte arrogante. Es difícil no pensar: “Oye, están tontos.” No es tan fácil no exaltarse uno mismo, no pensar: “Estoy tan feliz de que no soy como los otros hombres.” Es una gran tentación, y yo he visto a muchísima gente que cae en eso: en una arrogancia y soberbia que les acompaña al aborrecer el mal. Es un gran peligro del que hay que guardarnos.

Mateo 5:22 “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.”

Muchas veces tu ira no es porque lo que están cometiendo es pecado, sino porque ati te molesta y te ofende. Allí es cuando la ira es sin causa. El pecado debe molestarte porque a Dios le molesta, no porque a ti e hace sentir ofendido. Así que tienes que guardarte de menospreciar a tu hermano humano. Hay gente que tiene algo de luz y aún así actúa neciamente. Jesús mismo le llamó “necios” o “insensatos” a varias personas, porque lo eran. Él no mintió diciendo que no lo fueran, pero Él lo hizo en humildad; en cambio para nosotros se nos hace muy fácil pensar que somos mejores que los demás, lo cual también Dios aborrece. Recuerdo el tiempo cuando yo también anduve en tinieblas, mis tinieblas eran tan tenebrosas como podían ser, y si no fuera sólo por la pura gracia de Dios que me enseñó a temer, no estaría aquí. Claro, yo he tomado decisiones, pero si no fuera por la gracia que nos enseña a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos y a vivir sobria, justa y piadosamente, entonces sería tan injusto y tan impío como cualquier otra persona en este mundo pecador. Pero la misericordia de Dios bajó y me alcanzó, condenándome y convenciéndome en mis tinieblas, mostrándome que yo era perverso.

“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco.”

Oye y vístete de esto tú mismo, antes de aplicarlo a alguien más. Dios odia estas cosas. Si tú sabes que tu papá odia algo, ¿vas a ir y embarrárselo en el rostro (hacerlo justo frente a él)? ¿Te vas a asegurar de que se dé cuenta de que estás haciendo algo que le desagrada? No, seguro que no, a menos que seas demasiado insolente y arrogante. Más bien, evitarás lo que a tu papá desagrada. Esa es una manera cómo puedes mostrarle a tu papá que lo amas.

Proverbios 6:16-19 “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos,…”

Los ojos altivos… de eso hemos estado hablando. La Biblia, por ejemplo, acerca de la mujer, dice que sea modesta y sobria. Una mujer que es de grande estima delante de Dios es una mujer modesta, sobria, mansa, sujeta, discreta, casta, prudente, callada, sujeta, reverente, etc.… Me asombra cómo hay tantas mujeres que vienen y con orgullo me dicen: “No soy mansa, ni callada, ni sujeta, pero Dios me ama de todas formas.” ¡Qué engaño!

¿Quién está en lo correcto? ¿La gente que se ha creado una falsa imagen de Dios, creyendo que Él te acepta tal como eres, o la Palabra de Dios? La Palabra de Dios permanece para siempre. Puedes inventar tus teologías y preguntarte cómo ser salvo al mismo tiempo que haces lo que a ti te gusta, pero si en verdad quieres ser salvo, entonces investiga qué es lo que Dios aborrece y empieza a hacer exactamente lo contrario. Si quieres entrar al cielo, investiga qué es lo que Dios aborrece, también investiga qué es lo que Dios ama, y empieza a actuar de acuerdo con ese conocimiento.

Vemos a tantas mujeres andando alrededor con una mirada altiva en sus rostros porque piensan que son tan hermosas. Quiero contradecir un poco lo que hoy dijo el hermano Kevn esta mañana. Dijo que Jezabel sabía que era hermosa y que por eso se pintaba la cara. Pero no. Más bien, ella sabía que era tan fea (por dentro) que tenía la necesidad de pintarse la cara, decorarse y ponerse joyas, a fin de ocultar la perversidad que había en su interior, en su corazón. Quería dar la idea de que era bella, porque la verdad es que carecía por completo de toda verdadera belleza ante Dios y ante los hombres que amaran a Dios. De eso está hablando Dios cuando dice que nada puede dañar a una mujer con un verdadero ornato en el corazón ante Dios. (1ª Pedro 3:1-6).

Dios odia. Encuentra qué es lo que Él odia. Encuentra qué es lo que Él ama, y entonces de pronto ya ni estarás preocupado por el hecho de que seas salvo o no, porque Su imagen estará estampada en tu vida. La imagen de Dios. En Apocalipsis habla acerca de la marca de la bestia. Y la gente está aterrada y llena de curiosidad, esperando a que algún número (el 666) se ordene que sea impreso en su mano o en su frente. Pero la Biblia también habla de aquellos que llevan la marca de Dios en sus frentes. No está hablando de una marca visible que esté en tu frente y que diga en letras grandes: “Yo pertenezco a Dios.” No, está hablando de Su imagen en nuestras vidas, en nuestros seres, en nuestros corazones. Necesariamente, o tenemos la imagen del mundo, o tenemos la imagen de Dios. Tienes que estar de un lado o del otro, pero no puedes estar de los dos lados. La gente a tu alrededor puede ver lo que amas, eso está escrito en toda tu persona, actitudes, palabras y conductas. De hecho, contrario a la opinión pública, es posible saber lo que hay en el corazón de la gente. Pedro miró a un hombre y dijo que su corazón no era recto delante de Dios. Podía verlo porque estaba escrito en todo su ser.

“Los ojos altivos la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,  El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal,  El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.”

Los ojos altivos. Mírate a ti mismo. ¿Tiene ojos altivos?

La lengua mentirosa. Dios ama la verdad y por eso odia la lengua mentirosa. Hace mucho tiempo la honestidad y la lealtad era algo bien visto y muy exaltado. Un hombre era conocido por su palabra, y a veces para cerrar tratos, sólo se necesitaba un apretón de manos, o un hombre prometía hacer algo, y los demás sabían que lo cumpliría. Ahora son necesarios los contratos y esas cosas, porque ya nadie confía en nadie. “Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” ¡Aprende a amar eso! Aprende a aborrecer el engaño y la falsedad.

Las manos derramadoras de sangre inocente. A mucha gente le gusta ver a otros lastimados. Aman las peleas y las carreras de autos. Les gusta ver a alguien herido en el equipo contrario. Dios odia eso. A la gente le gusta ver cómo sus enemigos caen y sufren, y se gozan en ello. Pero tú no te regocijes cuando tu enemigo cayere, no sea que tú mismo caigas también. “El corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.” Dios odia todas esas cosas.

Amós 5:21-27: “Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas.  Y si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.  ¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto en cuarenta años, oh casa de Israel?  Antes bien, llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.  Os haré, pues, transportar más allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.”

Dios odia toda la actividad religiosa de la gente. Odia que le entregues una ofrenda a cambio de tu obediencia. El ama lo justo. Él no ama las ofrendas. “Quita de mí la multitud de tus cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos. Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo” La gente cree que pueden venir a la iglesia y que con eso ya cumplieron. Cantan, oran, ofrendan y hablan con regocijo acerca de cómo Cristo fue ofrecido en la cruz por amor a ellos, luego salen de la iglesia y siguen teniendo el estampado del Diablo en sus vidas. Dios odia eso.

Apocalipsis 2:6: “Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.”

Esta doctrina de los nicolaítas enseñaba que la gente podía vivir como ellos quisieran y aún así ser perdonados de sus pecados, sin importar lo que hacías en la carne, porque eso no era importante. Dios odia eso. Dios odia las actuaciones religiosas. Odia las falsas doctrinas. Una cosa más que viene a mi mente es en Malaquías 2:16, donde Dios dice: “Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido,…” Sí, Dios odia el divorcio. Dios odia el mal. Odia al perverso. Y hay muchísimas cosas más que Dios odia. Aprende cuáles son y evítalas.

Salmo 11:5: “Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.”

¿De dónde sacamos esto? ¡Es la Palabra de Dios! Si no te gusta, este es el Dios ante el cual tendrás que dar cuentas y depende de ti si quieres o no conformarte a Él. Si quieres crear una imagen de un dios que es sólo amor y que no odia a nada ni a nadie, por lo que perdonará sin importar qué, entonces te asombrarás cuando tengas que pararte delante de Él y lo conozcas tal como Él es. Te sorprenderás por toda la eternidad por haber escogido creer una mentira de tu propia imaginación vana que era tu propia opinión en vez de la Palabra de Dios. ¿Qué significa creer? CREER en la Palabra de Dios por encima de tu propia opinión. Perderte tú mismo en Dios, para Dios y por causa de Dios. Sí, Dios es Amor, pero también odia. No puedes amar si no odias. No puedes amar el bien sin odiar el mal. Pero recuerda, siempre mírate a ti mismo primero. Que Dios bendiga Su Palabra. ~

(Añadido unas semanas después en otra predicación:)

Hace un par de semanas predicamos acerca de cómo Dios odia, y leí el Salmo 11:5, pero ahora quiero hacer una corrección allí. Nuestra Biblia dice: “Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.” Sin embargo, en la Septuaginta, que es más exacta, nos lo traduce de una manera diferente. De tal manera que dice: “El Señor prueba al justo; Pero el malo y el que ama la violencia, su alma aborrece."

Es decir, a diferencia del texto masorético, la Septuaginta da la idea de que el malo y el que ama la violencia aborrece su propia alma. Ahora bien, eso no cambia en nada la idea bíblica de que Dios sí odia, pero en este versículo particular no está diciendo eso, sino que dice que el perverso aborrece su propia alma. Es decir, la gente cree que se aman a sí mismos porque aman el pecado que les gusta y están viviendo sus vidas, disfrutándolas al máximo como quieren, pero en realidad están odiando sus propias almas.

Quise aclarar eso porque esa es la bendición de volver y buscar la verdad, no tenemos que cambiar las cosas, más bien dejamos que la verdad nos cambie. Bendiciones.)

-Por David Keeling, traducido y transcrito por Josué Moreno