Saludos a todos en el Precioso Nombre de Nuestro
Señor Y salvador, Jesucristo. Quiero alabarlo esta mañana por la gracia que Él,
de su soberanía y voluntad, vio apropiada para enviar a intervenir a este mundo
perdido para que ustedes y yo pudiéramos ser despertados de las tinieblas que
hay en este mundo y que Él pudiera alumbrar con Su Luz a fin de que fuésemos
atraídos hacia Su reino. Que seamos fieles en la paciencia y leales a Él.
Aprecié también el pensamiento en la oración del
hermano Joe esta mañana, que el enfoque de nuestras oraciones debe ser “Hágase
Tu Voluntad.” Dios le dará a la gente lo que le pidan, y el enfoque de nuestras
oraciones debe ser que se haga Su Voluntad. Muchas veces en la Escritura
hallamos personas pidiéndole cosas a Dios, pero no pedían de acuerdo con la voluntad
de Dios, y muchas veces Dios sí les da lo que piden, pero es para su propio mal
y resulta una maldición para ellos eventualmente en muchas cosas. Sin embargo
Dios les deja que tengan lo que deseaban. Pero nosotros debemos orar “Hágase Tu
Voluntad.” A menudo pienso acerca de cuánta gente con la que hemos hablado,
pueden ver claramente cuál es la voluntad de Dios, pero luego dicen: “Voy a
orar sobre el asunto,” y como regla general se alejan de lo que el Señor
quiere.
En las Escrituras vemos que la oración es en donde
se pelea la batalla. Pero al mismo tiempo la oración es también el lugar más
peligroso donde podemos estar. De hecho me atrevo a decir que hay más gente
engañada por la oración en este mundo, que cualquier otra cosa. Recordemos que
el Señor, después de orar y ayunar por cuarenta días y cuarenta noches, el
personaje que se le apareció fue Satanás y lo empezó a tentar con todo lo que
tenía. Jesús tuvo que vencer esas tentaciones. Pero en esta generación, el
sentimiento de molestia más pequeño, o la experiencia encantadora más pequeña
que tengamos en la oración nos pude llevar por el camino equivocado. Si el
diablo se apareció a Jesús después de haber orado, ¿Cuánto más crees que se te aparcera
a ti cuando ores? Por eso, cuando ores, mejor siempre ora que se haga la
voluntad de Dios, y que Su voluntad sea hecha en la Tierra como lo es en el
cielo. Estamos tan propensos a ser engañados por el diablo, y el diablo es un
gran experto en usar cosas que se suponen que deberían ayudarnos, para nuestra
propia destrucción. Por eso, perdona cuando ores. Ora con misericordia. Ora con
un deseo ardiente de cumplir la voluntad de Dios, sin importar cuán dura
parezca ser ésta.
Pero bueno, ese no es nuestro mensaje de esta
mañana, aunque nos servirá como un poco de guía. Porque hay tanta gente engañad
a causa de que en la oración han tenido alguna experiencia emocional tan
fuerte, se han sentido en la cima de la montaña, y piensan que es por causa de
Dios, así que en vez de seguir adelante, se quedan atorados allí, y ya no
prosiguen al lugar en que rindan su voluntad a la de Cristo.
Bueno, esta mañana quiero comenzar en Mateo 3:11:
“Yo a la verdad os bautizo en agua para
arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de
llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”
Esta mañana quiero hablar acerca de ser dignos.
Primero mencionaremos otras cosas, pero quiero enfatizar en este punto: ser dignos. Y algo que sí quiero decir
esta mañana, solo para ordenar los pensamientos es lo siguiente:
“Ser
cristiano no se trata de guardar leyes y reglas. Ser cristiano no se trata de
pertenecer a una hermandad. Ser cristiano no se trata de se como un policía
moral que anda vigilando a todos, a ver quién quebranta una ley. No somos
llamados a ser policías ni guardadores de leyes”.
Cuando Cristo vino a esta Tierra, muchas veces
asociamos Sus enseñanzas con leyes o mandamientos, cosa que sí son, pero antes
que nada, debemos tener en mente que cuando Él vino enseñando, Él vino
predicando acerca del Reino de Dios, y dentro de ese contexto nos advierte
acerca de cosas que nos pueden impedir ser contados como dignos de participar
en Su reino. Es decir, lo que la Biblia nos enseña son guías acerca de cómo
podemos transitar a través de este mundo tan lleno de tinieblas, a fin de que
lleguemos sanos y salvos al Reino Celestial. Él nos enseña a evitar y alejamos
de algunas cosas, no porque “si no las evitamos” Él vendrá a golpearnos a palos
directo en la cabeza, sino porque Él nos ama y no quiere que este mundo nos atrape.
Sus enseñanzas son para que las podamos aplicar a nuestras vidas. Para que
podamos ser más que vencedores en medio de este mundo pecador, por medio de
aquel que nos amó. Estamos tan condicionados a creer que cuando escuchamos una
enseñanza nueva acerca de algún tema, es una regla o ley más que tenemos que
guardar, pero no se trata de eso. Se trata de amar a Dios. Se trata también de
nuestro propio bien y de cómo ve Dios el pecado. Cuando nos dice que no amemos
al mundo, no está hablando de que nos separemos de todos y vayamos a
escondernos a algún lugar lejano. Está diciendo que nos guardemos de lo que el
mundo tiene que ofrecernos, porque el mundo es nuestro enemigo en el sentido de
que desea apartarnos de la mano de Dios. Y si permites que este mudo te tiente
y te empiece a gustar, entonces te va a enredar. El mundo está lleno de
pasiones atractivas y sabe exactamente qué ofrecerte para satisfacerte. Así que
el Señor simplemente nos hace advertencias. No permitas que lo que el mundo te
ofrece aleje tus ojos de lo que es verdaderamente importante.
El espíritu del reino de Dios y el espíritu de este
mundo son contrarios, y necesitamos aprender a reconocerlos a ambos, a ejercitarnos
para la piedad, y a entrenarnos para vigilar en contra de las cosas del mundo.
1ª
Juan 2:15: “No améis al mundo,
ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre
no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.”
El mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad
de Dios permanece para siempre. ¿Crees tú que esa es solamente otra regla
adicional? ¿Crees que es una restricción que Dios quiere ponernos sólo porque
sí? No, Dios quiere que sepamos que el mundo es nuestro enemigo, y nos recuerda
que todo lo que nos tiene que ofrecer pasa. Y sólo por medio de hacer la
voluntad del Padre podrás vencer este mundo.
Santiago
1:
“Santiago,
siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la
dispersión: Salud. 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando
os halléis en diversas pruebas,3 sabiendo que la prueba de
vuestra fe produce paciencia.4 Mas tenga la paciencia su obra
completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”
Tengan por gran gozo cuando se hallen en diversas
pruebas y tentaciones, porque allí está la oportunidad de ejercitarte y de
hacerte más fuerte. ¿Saben? He visto de mí mismo y en la demás gente, que entre
más satisfaces a tu carne, tu carne quiere más. Hay gente que puede dormir 10,
11, 12 horas en una noche a veces, y la verdad es que se levantan cansados y
con flojera, porque no hubo ejercicio alguno allí, y entre más se relaja el cuerpo
o la carne, menos cosas quiere hacer. Hay gente que se enferma y a veces les cuesta
mucho trabajo recobrar su salud porque su cuerpo se siente tan débil que no
quieren hacer nada y sólo se sientan en una silla. He viso ancianos que sólo se
sientan en una mecedora y se rinden, porque han perdido la voluntad para vencer
la debilidad de sus cuerpos y para mantenerlos activos. Se les hace cada vez
más difícil porque su carne se hace más y más fuerte. Así que ¡gózate si eres
tentado! Tómalo como una oportunidad para ponerte en contra de tu carne, hacer
morir lo terrena en ti, y pelear contra el pecado. ¡Pelea! La carne es tu
enemiga.
“5 Y si alguno de
vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Aquí
tenemos una de las cosas que con toda seguridad le puedes pedir a Dios y no
tienes que preocuparte si estás orando por algo correcto, porque Dios te dará
abundantemente, así que pon en tu lista de oración que Dios te dé sabiduría.
“6 Pero pida con fe,
no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es
arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del
Señor.
8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”
Sé determinado en tu dirección, firme en tu
convicción, fiel en tu certeza, sé de una sola mente.
“9 El hermano que es
de humilde condición, gloríese en su exaltación;”
Puesto que la prueba de
la fe produce paciencia, que el hermano de humilde condición se regocije en su
exaltación.
“10 pero el que es
rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba.
11 Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se
seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará
el rico en todas sus empresas.”
Una vez más, no veas
esto como una ley, sino más bien observa que las riquezas te pueden hacer soberbio,
así que ¡huye de eso! Aquí habla en el contexto de las riquezas, pero puede
aplicar a muchas otras cosas más. Si ves que algo mina tu vida espiritual, si
ves que algo te ensoberbece, ¡velo como algo que es muy peligroso que hay que
evitar y de lo cual huir!
“12 Bienaventurado el
varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba,
recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.”
Sí, pon la mira en las cosas de arriba, no en las
de la Tierra. La Tierra pasa y sus deseos, y las cosas de esta Tierra te
alejarán del reino de Dios al punto en que te quedes ciego.
Sí, puedes guardar leyes. Puedes guardar muchas
reglas, conservando una apariencia y parecer que estás vivo. Puedes parece
cristiano y estar muerto. Algunos hermanos que he conocido y con los que he
trabajado, los veo cómo poco a poco se van deslizando, y aún vienen a la
Iglesia, aún actúan religiosamente, y aún guardan muchas cosas, pero poco a
poco los veo ir muriendo, y es como si les pudiera decir: “Adiós, sé que ya no
te veremos más, puedo ver tu cuerpo, hablar contigo, y puedes venir, pero te
estás muriendo, te estás muriendo tristemente.” Y eso es tan real como ver a
alguien muriendo de un infarto o de un cáncer.
“13 Cuando
alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia
es atraído y seducido.
15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz
el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.”
Mira, el pecado no te va a brincar de manera muy evidente
y a invitarte a desobedecer y a agarrarte la primera vez que cedas. No, el
pecado es mucho más sutil que eso. Es más peligroso que eso. Si fuera como un
oso que vine rugiendo y amenazando, huiríamos de él y, si nos alcanzara, nos comería
de un solo bocado, pero el pecado no es así.
Ocurre más bien así: primero te comes una pequeña
rebanada de pastel, y no estás pecando por hacer eso. Pero luego comes otra
rebanada de pastel. Y luego otra rebanada de pastel. Y luego otro pedacito.
¡Oh, está tan delicioso, está tan bueno! Y cuando menos te das cuenta, ya
tienes la necesidad de comer pastel en cada comida. Y algún día, te encuentras
comiendo dos rebanadas de pastel en cada comida. Comienza como algo fácil, algo
cómodo, algo que nos gusta y que no parece tan peligroso, pero de repente eso
te va secando y ya estás durmiendo espiritualmente.
Comienza con simplemente ver algo que no deberías
ver. Es tan agradable para nuestra carne. Quizás no sea algo tan grotesco y
pecaminoso que aparezca como un oso rugiente, pero le agrada a tu carne, y
quieres ver más. Cualquier cosa que te aleje de Dios pertenece al mundo y no
proviene de Dios. Dios no es tentado de nadie, ni él tienta a nadie. Él permite
que seamos tentados, pero Él no nos tienta. Es el mundo y el diablo los que
vienen y quieren alejarnos de Dios.
Por eso, mejor aprende a guardarte. Aprende a escoger
siempre un camino más difícil, más duro y más seguro, pero que a la vez sea
sencillo. Claro, no estoy diciendo que sea pecado comer un dulce de vez en
cuando. Pero siempre guárdate. Entre más persigas las cosas de la carne, más
vas a querer de eso. Mejor ve tras lo simple. Sí, satisface tus necesidades con
gusto, pero haz todas las cosas con templanza. Pablo había aprendido a estar
contento, tanto en la escasez como en la abundancia. Hay lugares y momentos
cuando podemos comer hasta saciarnos. Pero hay lugares y momentos en que no
podemos hacerlo, en que quizás no hay nada para comer. Si hemos aprendido
dominio propio, no nos costará trabajo acostumbrarnos a toda situación.
“14 sino que cada uno
es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.”
¿Qué es lo que nos tienta? Es nuestra propia
concupiscencia, pero ¿sabes? A veces volteamos a los lados y vemos gente que quizás
puede hacer algo que nosotros no podríamos hacer, y nosotros quisiéramos
hacerlo, y lo intentamos, pero caemos. Recuerdo un pequeño tratado que leí hace
mucho: “Otros pueden, tú no.” Hay cosas que otra gente, incluso hermanos
verdaderos, puede hacer, a las cuales tú quizás ni siquiera puedas acercarte.
Sólo porque alguien más puede hacerlo, no te da el derecho a ti de hacerlo necesariamente,
tal vez eso constituye una trampa para ti. Si algo es una trampa para ti,
evítalo, sin importa quién más sí lo haga. Podrías pensar que eso es injusto,
pero más bien deberías pensar que debes deshacerte de todo lo que pueda ser de tropiezo
para ti o para alguien más. Puede ser que hermanos puedan comer algo sin tener
problemas, pero si a ti te causa problemas, evítalo. Aprende a caminar a solas
con el Señor en firmeza y mantente listo para derramar lluvias de gracia y misericordia
sobre aquellos que no han llegado a tu estatura espiritual.
“15 Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da
a luz la muerte.”
Guárdate. Los deseos de la carne, los deseos de los
ojos, la vanagloria de la vida. ¿Hay algo que estás permitiendo que se conciba
en tu vida? Pudiera se algo que piensas que no es tan grave, pudiera ser algo
que piensas que puedes manejar.
Pero recuerda que el pecado es muy sutil y si cedes
a él, tarde o temprano, te dejará ciego.
Lucas 20:35: “… mas
los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de
entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento.”
Estas son palabras de Cristo mismo. Los que sea
tenidos por dignos. No te preocupes por tu vecino. ¿Serás TÚ contado como
digno? Esa palabra digno significa apropiado, adecuado, calificado, apto,
cualificado, listo, preparado, con la facultad o potestad de. ¿Eres apto para
el reino de Dios? Si estás lleno de lo que el mundo ofrece, entonces no.
Lucas 21:36: “Velad,
pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas
estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.”
¡Velad, pues, en todo tiempo
orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre!... En este mundo, en
este tiempo, estamos siendo probados para ver si seremos dignos de escapar de
todo lo que vendrá. Todo lo que nos tienta, nos tienta para tratar de hacer que
no seamos dignos del reino de Dios cuando el Señor regrese. Estuve buscando y
tan sólo esta mañana encontré al menos 20 versículos acerca de ser dignos. No
seas sorprendido por los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la
vanagloria de la vida. La primera vez no va a parecerte como algo que te va a
hacer daño. El mundo es sutil y atractivo. Aparecerá algo que se ve bonito, que
huele bonito, que te hace sentir bien, y somos susceptibles a eso que parece
deseable. Y quizás no veas ni sientas ni pienses que es un cocodrilo que te
está persiguiendo, pero sí lo es. La primera vez que cedas, estás sólo abriendo
la puerta para el diablo y pronto verás que estás enjaulado y la jaula cerrada.
Guárdate y guarda tu alma de todo peligro.
No nos va a hacer daño ser más radicales, ser más
puros, ser más santos, ser más sencillos, ser más humildes. Y habrá batallas
que tendremos que pelear de aquí hasta el día que muramos.
“El
que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o
hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos
de mí, no es digno de mí.” Mateo 10:37-38.
“Yo
pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con
que fuisteis llamados,” Efesios 4:1
“…
y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su
reino y gloria.” 1ª Tesalonicenses
2:12.
“Esto
es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del
reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.” 2ª Tesalonicenses 1:5.
“Pero
tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y
andarán conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas.” Apocalipsis 3:4.
Aquellos que tienen la absoluta confianza y
seguridad de que van al cielo sin importar qué, no están preocupados por ser
dignos, y no serán dignos. Pero los que se sienten indignos y tienen temor de
no ser dignos, y se esfuerzan en el Señor y en el poder de Su fuerza, negándose
y tomado su cruz cada día, ésos tienen lo que se necesita para se dignos y
llega al cielo. Juan el Bautista dijo que ni siquiera era digno de desatar la
correa del calzado de Señor. Él no tenía esa falsa seguridad de que iba a
llegar al cielo sin importar qué, eso fue lo último en su mente. Él se
esforzaba por ser digno cada día. Hay
toda clase de versículos que hablan acerca de ser dignos y de que andemos como
es digno de Dios, puedes buscarlos con una concordancia. Ejercítate para que
cada vez seas más fuerte y más fuete, en vez de ser más débil y más débil.
Y cuando este mundo y sus deseos pasen, y todo lo
agradable a la carne que nos tentaba se haya acabado, y aún todo lo que nos
afligía y dolía y nos hacía sufrir también haya pasado, entonces el único
clamor que se oirá y lo único que quedará será: “Digno es el Cordero que fue inmolado.” Eso será lo único. Oro, y
deseo que seamos tenidos por dignos de escapar de las cosas que vendrán y de
ser de aquellos que alaben así al Cordero por toda la eternidad. El Señor también
ora por y con nosotros.
“¡Digno es el Cordero que fue inmolado!” ¡Amén! Que Dios bendiga Su Palabra ~
- Por
David Keeling, traducido y transcrito por Josué Moreno
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