lunes, 21 de octubre de 2013

Morir para Ganar


“Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Y le nacieron siete hijos y tres hijas.  Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales. E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la tierra y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová”. (Job 1:1-12)

Veamos en esta mañana la vida de Job, un varón del cual dice Dios era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, un hombre perfecto a los ojos de Dios. Hoy en día el mundo dice que eso no puede ocurrir, pero Dios mismo es quien afirma que Job era perfecto. Queremos examinar un poco acerca de Job, conocemos sus pruebas, cómo tenía muchas cosas, que era el mayor de todos los orientales y como todo le fue quitado incluyendo a su familia y aun él se enfermó, Dios permitió que satanás le quitara todo. Todo, todo, todo lo que poseía y aun se enfermara, y es de animado leer este libro de Job, cuando Dios le dice a satanás: “¿No has considerado a mi siervo Job?”

Lo que quiero que pensemos hoy es: ¿Qué tanto podría Dios confiar en nosotros? Veamos aquí cuanto confió Dios en Job, cuanta confianza tenía Dios en un hombre, tanta confianza que podía aun decirle a satanás: “satanás observa a este siervo mío” y satanás le dice: “déjame tentarlo, déjame probarlo y te mostraré de qué está hecho” y Dios le dice: “Tómalo”. Y la pregunta ahora es: ¿Puede Dios confiar en ti, en la misma manera como confió en Job?

Job era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y Dios pudo permitir que Job fuera “casi” entregado por completo a satanás, de tal manera que le hiciera todo lo que quisiera con tal de apartarlo de la mano de Dios, pero ¡no pudo hacerlo!, no funcionó, aquí está la clave para ser un cristiano fiel del Reino de Cristo,  aquí está el secreto.  Jesús dijo que los primeros serán postreros y los postreros serán primeros y Pablo dijo que contaba todas las cosas como perdida por amor a Cristo con tal de ganarle; esa era la misma actitud de Job, él veía el Reino de Dios y ninguna otra cosa le importaba, su corazón estaba puesto en agradar a Dios, quería agradarlo a Él y amaba a Dios con todo su corazón, mente, alma, fuerzas, cuerpo y cosas, al punto que no le importara qué le fuera quitado o qué aflicciones le fueran infligidas, su enfoque estaba en Dios y en Su Reino y en amarle, y cualquier dardo que satanás le tirara no iba a afectarle, no iba a dañarle, ¿Puede Dios confiar en ti?...

Uno de los escritos del libro de Job proveniente de los Judíos que leía la iglesia primitiva (no voy a emitir juicio de qué tan inspirado es o no) pero en ese libro me han sido de bendición algunos detalles adicionales acerca de esta historia. Lo que se aprecia de ese libro es que prevalece siempre la idea de que Job estaba sentado en medio de la ceniza lleno de tristeza, enfermo y que vienen todos sus amigos sabios y ricos, y se preguntan por qué está allí, y la acusación principal de ellos es que: ¿Cómo era posible que Job en esa situación todavía estuviera diciendo ser rey,  un hombre justo y estar bien con Dios, mientras que se encontraba en medio de esas cenizas? Ellos lo critican y se burla,  les parecía cosa extraña que estuviera este hombre allí, y le decían: “Mira, nosotros tenemos todo lo que queremos y tú estás sentado en medio de cenizas, dices que eres rey, y dices que eres justo” eso me recuerda ¿saben de quién?: “Cuando Cristo estuvo en la tierra”. Él vino a esta tierra como un don nadie, no vino en medio de realeza o de elegancia, no vino como rico, de hecho vino como pobre y vino en tiempos de vergüenza para Su pueblo judío. Él afirmaba ser el Rey y el mundo se burló de Él, le hicieron una corona de espinas, le pusieron una túnica purpura y le golpeaban con una caña burlándose de Él, esa caña era según Su cetro: “Mira cómo eres un Rey poderoso, baja ahora de la cruz” lo cierto es que Él era y es Rey, porque los últimos serán los primeros.

Dios nos ha dado la oportunidad de estar de Su lado, hay sólo dos reinos en este mundo, El Reino de Dios y el reino de satanás. Los que están en el reino de satanás tienen vidas buenas, muchos son ricos, tienen poder, bonitas familias, satisfacen sus deseos carnales, persiguen la felicidad y la diversión, piensan que así están bien,  que así son felices y que en eso consiste la vida. No sé cuánta gente viene con nosotros cuando estamos predicando, apenas anoche vino alguien y nos dijo mientras estábamos predicando:

“No entiendo porque ustedes hacen esto, ni en qué les beneficia estar aquí predicando, mostrando esos letreros, ¡eso que! Nosotros estamos felices, bebiendo, divirtiéndonos, bailando, algunos se divierten sanamente y ustedes están allí pero ni les vamos a hacer caso. Se ven pobres, se ven tontos, se ven ridículos, ¿eso qué bien les hace?, no sé porque vienen aquí ni en qué les ayuda”

Este hombre está viendo las cosas desde la perspectiva de este mundo, él no alcanza a ver que lo bueno, lo real y lo único que importa es lo eterno, él no alcanza a ver que lo que ocurre en esta vida no es nada y que sólo es por un momento y que muy pronto se va a acabar. Piensa en tu vida, en algunas de las mejores cosas que te hayan ocurrido en esta vida mundana y que ya se fueron, ya no están. Lo único que va a permanecer en esta vida es aquello que “pertenece a Dios y a Cristo”, todo lo demás va a arder con fuego en el día del juicio.

Satanás usa esta vida para tentarnos y para mantenernos atados a las cosas que él nos ofrece, los deseos de los ojos, los deseos de la carne, la vanagloria de la vida, trata de tentarnos y de seducirnos con ello y si persigues eso, allí es donde vas a terminar (en el infierno). Entre más sedes a las tentaciones de satanás, él te amarra más y más te tiene atrapado, más te enreda en sus cadenas alrededor de tus manos para que seas posesión de él, y cuando Cristo venga por segunda vez, sólo aquellos que sean posesión de Cristo y no del diablo permanecerán, el resto será destruido. Aquellos que son posesión de satanás, cuando venga nuestro verdadero Rey serán hallados enemigos, y serán devastados.

Sin embargo, en apariencia a los ojos del mundo,  vemos un pequeño grupo de gente rechazada, menospreciada, a quien nadie escucha, a quien nadie importa ni interesa, y parecería locura decir que ese es “El Reino de Dios” y “La Iglesia de Cristo” pero así lo es. Y luego puedes ver a aquellos que prosperan, y que están felices porque se cumplen sus deseos, a aquellos a quienes todo mundo los ama, pero todo eso va a ser nada en el día final.

Job fue tentado, fue probado cuando todo le fue quitado, pero ahí es donde estaba el oro, y estaba él comprando oro refinado en fuego, él fue fiel, él fue leal a su Dios en medio de las pruebas y cuando había perdido todo. Este mundo quiere atraparte en lo que tiene que ofrecerte, quiere tentarte con lo que tiene, quiere seducirte con el aquí y el ahora, con lo que ves, con lo que te hace sentir bien, pero es una trampa; “pierde tu vida y la hallarás”, sigue perdiendo tu vida, preséntate ante Dios como sacrificio vivo y santo, para que Dios le pueda decir al diablo: “Mira diablo, aquí está, puedes hacerle todo lo que quieras, aquí está, dale tu mejor tiro y verás que no logras vencerlo”. ¿Estás listo, para presentarte a Dios de esa manera?, ¿Para ser lo que Dios quiere que seas? Entrégate a Dios, dale todo lo que tienes y lo que eres.

Cuando Job siguió a Dios y satanás le arrebató todo lo que tenía, llegando al punto de incluso quitarle a su familia, todas sus posesiones, su reputación, su poder, su orgullo, con su misma esposa tratando de ponerle en contra de Dios, con sus amigos burlándose de él, criticándole, juzgándole, y aun con su estado de salud tan terrible, sin poder hacer nada más que sentarse en medio de cenizas y rascarse; allí en medio de esa situación que parece tan triste a los ojos del mundo, ¿Sabes que pasó entonces?... satanás fue derrotado, absolutamente derrotado. No podía tocar a ese hombre, no había nada en este mundo que satanás pudiera hacer para vencer a ese hombre; es allí donde está el poder, ¿Quieres el poder de Dios? Entonces no permitas que ninguno de esos dardos que te tira satanás te derribe, allí es donde está el poder de Dios. El poder de Dios reposa sobre las vidas que sin importar lo que pase van a seguir al Señor, el maligno tiembla ante ese tipo de personas y el mundo tiembla ante ese tipo de personas. Satanás tiembla ante una persona contra la cual no tiene poder. Y una iglesia gloriosa para Dios es una iglesia que entrega su vida, que está compuesta de personas sobre las cuales satanás no tiene poder alguno,  y “la tierra temblará”.

La gente habla del avivamiento, pues aquí está la clave para el avivamiento: “Ponte en un lugar donde el diablo no puede ni tentarte, ni tenga poder, donde satanás sea impotente e incapaz ante ti, y que las puertas de hades no puedan luchar contra ti.” Este mundo odia pero a la vez teme a un verdadero hombre de Dios, por eso dice en el Antiguo Testamento que “Uno perseguirá a mil o a cientos y cinco a cinco mil” porque no pueden contra el poder de Dios, porque no tienen poder sobre ese hombre, no hay arma que el mundo o el diablo puedan usar para dañar espiritualmente a esa persona. Sí alguien me dispar en la cabeza no puede quitarme la vida porque ya perdí la vida, sí alguien me roba algo de mis posesiones no me está quitando nada porque realmente no poseo nada, mi poder no me lo pueden quitar porque no tengo poder alguno excepto el que viene de Dios, mi orgullo no me lo pueden quitar porque no soy nada delante de Dios. Hablamos de llegar a un  lugar donde el maligno ya no pueda contra ti, donde has perdido la vida a tal punto que satanás no pueda hacer nada contra ti, es lo que que quiere decir: “Aborrecer padre, madre, esposa, hijos, hermanos, tierras, casa y aun tu propia vida”, pero a veces estás tan preocupado por tus posesiones, por tu negocio, por tu familia, por tu reputación y por lo que piensen de ti, o por lo que tu iglesia podría pensar. O te preocupa que no alcances el estándar que todos esperan de ti. Pierde eso, pierde tu vida.

¿Cuál es el área donde Dios dice: no le podría dejar ese terreno al diablo porque el diablo se los llevaría y me los quitaría? O ¿Puede más bien Dios confiar en ti? en todas las áreas de tu vida. ¿Hay alguna área de tu vida en donde el diablo aun tiene poder  o potestad sobre ti?, ¿un lazo de donde todavía te puede jalar?, o ¿Dios puede confiar en ti al grado de decirle a satanás: “Mira aquí a Mi siervo?", ¿Puede Dios darte lo que Él quiere darte? ¿Serías fiel con eso?

Pensemos en lo que está ocurriendo en el mundo en estos momentos, cosas que salen en la noticias o en la televisión, quizás en los deportes hay un equipo fabuloso que está ganando y va invicto, tal vez hay algún millonario haciendo tratos con accionistas, a lo mejor también hay un concierto donde la gente está muy emocionada; Dios no está interesado en nada de eso, a Él no le interesa eso, a Él no le importa, Dios te está viendo a ti ahora mismo, está viendo a los pocos rechazados, menospreciados, a Su pueblo en este mundo, peguntándose “¿Qué van a hacer?”, si van a Serle fieles como Job o no.

Todo está al revés, lo que es bueno para el mundo es malo ante los ojos de Dios, lo que es sublime para los hombres delante de Dios es abominación, a Dios no le importa los deportes, ni el millonario, ni el concierto del grupo más famoso,  a Dios le interesa que tú seas fiel; está buscando a unos pocos santos que estén dispuestos a trastornar este mundo, eso es lo que Él quiere, eso es lo que Él busca. Él busca a un hombre de Dios y a una mujer de Dios que estén dispuestos y dispuestas  a negarse a sí mismos y a perder su existencia en Cristo a tal punto que satanás no tenga poder alguno sobre ellos, ¿Podrá Dios confiar en nosotros?, es nuestro tiempo, es nuestra hora, es nuestro día, es nuestra oportunidad, no es la de alguien más. ¿Puede confiarte en que tú seas la luz de este mundo?, ¿Puede confiar que seas la sal de la tierra? Se te ha dado la oportunidad de ser la luz del mundo, esa es una gran responsabilidad, ¿Vas a evitar eso o vas a tomar el desafío?

Sí alguien te diera un millón de dólares ahora mismo (así de fácil) y te dice: “Lo único que quiero es que cuides de este dinero y en dos años quiero que me lo regreses, ni siquiera quiero que inviertas, sólo quiero que me regreses dentro de dos años ese dinero, y sí tu lo haces te voy  dar de vuelta diez mil” ¿Qué harías con ese dinero? , ¿Cómo lo cuidarías?, ó ¿lo desperdiciarías?, o ¿serías fiel en eso?, ¿Qué harías? La Biblia enseña que un alma vale más que todo el mundo, porque dice: “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?”, es decir, un alma salvada vale más que el mundo entero para Dios. ¿Qué vas a hacer tú con tu alma entonces? Y ¿Qué vas a hacer con las almas que te rodean? En tu vecindario, en tu trabajo, en las calles donde hay perversidad, tú eres responsable de esas almas, ¿Qué vas a hacer con las almas de tus hijos? Tú eres responsable de las almas de tus hijos, ¿Estás educando y entrenando a tus hijos para que sean como Job? ó ¿Los estas educando para sean nada más que simples congregantes?, ¿Cómo estás educando a tus hijos?  Son unas almas de las cuales tú eres responsable, los que te rodean también son almas de la cuales eres responsable, ¿Puede Dios confiar en que tú seas la luz del mundo para aquellos que no tienen luz?, Dios te ha dado la clave, te ha dado el privilegio de servirle, te ha dado una gran responsabilidad, ¿Puede confiar en ti?, Dios te ha dado esto, te ha dado hijos, te ha dado esa gente que te rodea, ¿Puede Él confiar en ti?, o ¿Dejarás que un pequeña tormenta te estorbe? Él nos ha dado responsabilidades, ¿Estás yendo en pos de serle fiel con todo tu corazón?

Hay gente que se da cuenta de que ha sido engañada o que estaba equivocada en algo y se enojan y se amargan sobre eso, y ahora tratan de convencer a todos de ese error, y ahora tienen compañerismo con otros que también se dan cuenta, y hay iglesias llenas de gente que tiene  compañerismo con base en cómo estaban equivocados en alguna doctrina, pero eso no dura. Es verdad que hemos estado equivocados en muchas cosas y por eso hemos ido avanzando hacia la verdad para acomodarnos a la misma, pero nuestro compañerismo no se basa en eso, sino más bien se debe basar en proseguir hacia la verdad cueste lo que cueste y pase lo que pase, ¿Puede Dios confiarte con más verdad?, ¿Estás realmente yendo en pos de la verdad buscándola de todo corazón?, ¿Puede Dios confiar en ti en cuanto a tu lengua, a tu boca, a tus labios? Hay algunos de nosotros que a veces no decimos lo suficiente, que debemos hablar más en algunas ocasiones, o hay algunas ocasiones en que algunos de nosotros hablamos mucho, hablamos demasiado y pecamos en alguna cosas que decimos, ¿Puede Dios confiar en ti en cuanto a tu lengua?, ¿Puede Dios confiar en ti en cuanto a tu dinero? Dios no está interesado en enseñarte como ahorrar dinero, está interesado más bien en enseñarte cómo el dinero no vale nada, cómo no es importante, cómo el dinero sólo es un papel con el que tenemos que hacer transacciones en esta vida cotidiana, ¿Podrías tratar a tus finanzas de esa manera? Como los pájaros, ellos no trabajan, ni se preocupan por el mañana, confían en la provisión de su Dios, no procuran hacerse tesoros en esta tierra y Dios alimenta a esas aves, ¿Podemos nosotros confiar en Él? O ¿Necesitamos tener todo planeado?, ¿Puede Él confiar en nosotros con Su Reino? Su Reino…..Su Reino a los ojos del mundo puede parecer como un montículo de ceniza como en los días de Job, Su Reino puede parecerle al mundo como un grupo de personas con sarna, sentados en medio de ceniza a los ojos de este siglo, y el reino del mundo debe parecernos a nosotros como eso, porque eso es realmente ”BASURA”, sí perdemos nuestras vidas las hallaremos pero sí las queremos salvar, las perderemos.

¿Puede Dios confiar en nosotros?, ¿Puede Dios confiar en ti? El Reino de Dios está al revés del mundo; lo que para el mundo parece un fracaso, es algo glorioso para Dios y lo que parece glorioso a los ojos del mundo es un fracaso para Dios; el hombre más exitoso en este mundo es una fracaso, porque lo que persigue y lo que ve no es real ni es duradero. Cristo nuestro Rey Glorioso Triunfante vendió todo, venció las tentaciones, venció las pruebas, el diablo le ofreció todo a Cristo, pero Cristo rechazó todo, satanás no tenía poder alguno sobre nuestro Maestro, de tal manera que cuando Cristo fue crucificado, muerto y sepultado, la muerte no lo podía detener porque el diablo no tenía poder alguno sobre Él.

Que importaría entonces si alguien tira una bomba nuclear en tu cara o un disparo en la cara, ¿Cuál sería peor, un disparo o una bomba nuclear?, ¿Cuál escogerías?, ¿Una bomba nuclear o un disparo?, ¿O cuál otro?, ¿Cuál otra opción escogerías? Sí tú ya has perdido tu vida cualquiera te dará igual. A veces nos espantamos ante algunas cosas pequeñas, a veces ante algunas cosas grandes, pero lo importante es que tomes tu cruz, no te dejes espantar, y sigue a Cristo perdiendo todo, porque en la cruz es donde se encuentra el poder “El poder se encuentra en la cruz”, enfrenta esa cruz cualquiera que sea, sin importar qué sea, la batalla, tu batalla, aquellas cosas que quizá no puedes ver claramente pero que sabes que tienes que hacer. Sabemos que tenemos que hacer eso, aunque podríamos encontrar cientos de razones de por qué no lo deberíamos hacer, o por qué es difícil hacerlo, o que nos traiga preguntas y dudas, pierde tu vida en ese asunto, déjala allí en el altar (la vida) y la hallará.

¿Puede Dios confiar en ti? Este himno que entonamos dice: “Y del costo no me habléis, pompa potestad placer,  sufrimientos yo tendré y la cruz aceptaré, sígueme oh es la voz de Jesús el salvador y el yugo de mi Dios llevaré hoy en Su amor” La comodidad es un enemigo de nuestras almas y de Dios, esas cosas que te hacen sentir bien y que te agradan son nuestros enemigos, y no estoy promoviendo una vida cética donde te castigues con látigos o que ni siquiera puedas comer un dulce, o que te tengas que bañar con agua fría. Estoy hablando de perder nuestra vida en este mundo, de llevar la cruz y de ser fieles, sin importar qué ocurra, sin importar cómo seamos probados, ser como Job, seguir a nuestro Maestro, seguir a nuestro Capitán. Dijo Jehová a satanás: “No has considerado a mí siervo Job que no hay otro como él en la tierra, hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” Dios busca a hombres como ese, en los cuales pueda confiar. Espero y anhelo que todos los que estamos aquí anhelemos ser uno de esos hombres en los que Dios pueda confiar, deja de preocuparte por lo que hagan los demás, TÚ SÉ ESE HOMBRE, TÚ SÉ ESA MUJER, y sí todos vamos a ese paso juntos “que gloriosa iglesia será” andemos todos por ese mismo camino, sintamos una misma cosas y sigamos rumbo a la perfección, que Dios bendiga Su Palabra.


Por David Kelling

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