El funcionamiento de una computadora es una de las cosas
menos inteligentes que he hecho en toda mi vida. Todo lo que necesito saber es
cómo sentarme, cómo escribir y nada más usar unas pocas células de mi cerebro.
Una y otra vez oigo a la gente que se acerca a la
máquina, exclamar diferentes cosas sobre sus funciones tan maravillosas. Por lo
general comentan algo así como: "¿Y cómo es que aprendiste a hacer eso?. .
. A mí me llevaría toda una vida sólo para entenderlo", y cosas
semejantes. Tales personas despiertan mi asombro. Quedo sorprendido, no por
ellos, sino por la sociedad americana moderna que les ha dado una visión tan
distorsionada de lo que es la inteligencia.
Lo que se necesita para ser "inteligente" en
Estados Unidos, al parecer, es el poder impresionar a los demás. Una educación
impresionante, un vocabulario impresionante, hacer mucho dinero en un trabajo
de cuello blanco y corbata,… ¡y ya lo has logrado! La gente va a mirarte como a
uno de los que pertenecen a la élite intelectual. Pero a mí me parece que tal
tipo de inteligencia es a menudo ignorancia disfrazada. Me resulta mucho más
difícil relacionarme con las personas ignorantes en los Estados Unidos que
piensan que son inteligentes, que lo que me resulta relacionarme con la gente
inteligente en los países del tercer mundo a quienes siempre se les ha dicho
que son ignorantes.
Un día caminé tres horas por un camino en picada en un
cañón de la Sierra Madre de México. Había follaje tropical pegado a las paredes
de roca por encima y por debajo de nosotros, en donde jamás había llegado
ningún vehículo con ruedas, ni cables de electricidad, ni teléfonos, ni
aparatos eléctricos o electrónicos. Teníamos sólo una mula. El resto de
nosotros viajó a pie. De vez en cuando nos encontrábamos con un indio tagora,
pero el profundo silencio del cañón se mantuvo intacto hasta que de pronto, al
rodear una curva, vimos las pequeñas casas de la aldea de Cerro Colorado en lo
alto por encima del río. La ciudad tenía calles. Un camino de herradura nos
condujo por el centro de la misma y más allá. Había casas construidas a mano
hechas a base de palos y adobe debajo de los árboles de mango. Sus paredes
estaban tapizadas (enjarradas) a mano con barro. Una cubetacolgadade una cuerda
era el instrumento que junto con dos poleas, les ayudaba a traer el agua desde
el río, muy abajo. Algunas ventanas tenían cristales en ellas y me pregunté
cómo el vidrio habría llegado hasta allí a lomo de mula. Los aldeanos cocinaban
en estufas de madera con arcilla. Utilizaban lámparas de queroseno por la
noche. Preparaban su maíz en metates de piedra para hacer tortillas. Ese día
habían preparado sus granos en ollas de barro hechas a mano. Y Doña Julia, la
anciana que habíamos venido a visitar, nos recibió en su terraza, donde ella
misma cose la ropa de su familia. Pude observar su máquina de coser marca
Singer, pero de un modelo muy, muy viejo, con manivela.
El yerno de Doña Julia era minero. A pesar de tener una
pequeña discapacidad (la artritis le había disminuido la movilidad desde
joven), lo encontramos preparándose para salir a una excursión de varios días
en las montañas donde trabajaba sus minas. Sus arneses eran hechos a mano de
cuero crudo. Nos mostró las churumbelas (grandes piedra, de accionamiento
hidráulico, que fungen como muelas que trituran el mineral extraído de la mina)
en el río. Con una lámpara de queroseno, ese hombre separaba metales valiosos
de su mineral triturado.
Todo el mundo en Cerro Colorado hablaba lentamente, con
cortesía, en español castellano al estilo mexicano. Siendo descendientes de las
familias de los mineros castellanos que llegaron a esta parte de México hace
300 años, han mantenido la integridad familiar, las costumbres y los valores de
la Europa de la Edad Media.
Al final de mi estancia en el pueblo de Cerro Colorado me
di cuenta de que esas personas merecían calificaciones más altas por su
inteligencia, que las que la sociedad les puede dar. Yo mismo me maravillé de
su industria, su ingenio, su hospitalidad, su cortesía, su solidaridad de
grupo, su perseverancia, su gestión y su conocimiento de las habilidades
básicas para la supervivencia. ¿Cómo, me pregunté, serían las cosas si mi
esposa y yo viviéramos en Cerro Colorado? ¿Cómo sería si toda la generación
americana acostumbrada a las hamburguesas, criada a los pies de la televisión,
los deportes, y la electrónica, viviera en Cerro Colorado?
Esa noche nos acostamos en nuestra habitación de un hotel
en tal ciudad de 300 años de edad, de Batopilas, Chihuahua. La luz de una
lámpara de queroseno (hecha con un tarro de café) fluctuaba en una pequeña
mesa, echando sombras oscuras detrás de las vigas del techo. Nuestra ropa
lavada a mano olía a jabón. Afuera se oía el rugido del río a través del cañón.
Los niños reían y jugaban en la plaza. Los burros y de vez en cuando algún
caballo, eran el único tráfico en las calles empedradas. Entonces sonaron las
campanas de la misa vespertina y oímos el canto frágil de los que se reunieron
en la iglesia, flotando a través de los árboles de laurel. Mientras yo yacía en
la cama, con mis miembros adoloridos después de un largo día de viaje a pie,
empecé a preguntarme qué tanto más agradable era nuestra "forma avanzada
de la vida" que la de ellos.
Yo mismo crecí sin electricidad, ni automóviles, ni
electrónica, ni medios de comunicación. En ese momento, de todas las
habilidades que había adquirido hasta ese punto, ¿cuáles me beneficiarían en
Batopilas? En caso de desastre nacional o de cambios drásticos en nuestro
actual sistema mundial, ¿qué sería de verdadera utilidad para la supervivencia
de mi familia?
Vale la pena reflexionar y evaluar lo que hemos
aprendido. La siguiente lista muestra las edades aproximadas que tenía cuando
logre dominar ciertas habilidades. En esta escala evalúo de la siguiente
manera: A = habilidad necesaria para la supervivencia. B = habilidad valiosa
para la supervivencia. C = habilidad innecesaria para la supervivencia.
Edad aproximada de adquisición – Habilidad - Calificación
2 Idioma alemán B
3 Bombeo de agua C
5 Alimentar animales B
5 Idioma inglés B
5 Leer B
5 Pastorearun rebaño B
6 Montar a caballo B
6 Sembrar hortalizas B
6 Escribir B
6 Levantar rocas C
6 Almacenar cebollas por medio de un trenzado B
6 Matemáticas básicas(aritmética) B
6 Aventar granos para sembrar B
7 Limpiar corrales C
7 Cosechar y trillar grano B
7 Moler piensos de animales B
7 Apagar un incendio en el pasto B
7 Lavar la ropa a mano B
7 Trasplante de plantas de invernadero B
7 Recoger bayas silvestres en el bosque B
8 Montar a caballo B
8 Secar manzanas para comerlas después como frutos secos
B
8 La colocación de los cultivos de raíces para el
invierno B
8 Carnicería y desplume de aves B
8 Ordeñar una vaca a mano B
8 Entablillar un hueso roto B
8 Elaborar mantequilla B
8 Plantar árboles C
8 Jugar béisbol C
8 Hacer distintos tipos de nudos en una cuerda B
9 Fabricar y reparar cercas B
9 Encender una estufa de maneraB
9 Hornear en un horno de madera B
9 Cazar algunos animales B
9 Rellenar salchichas C
9 Hervir y raspar el pelo de un cerdo C
9 Utilizar una muela de molino C
9 Ensillar un caballo B
9 Cantar y leer notas musicales C
9 Arrancar un motor C
9 Recoger diversos frutos de los árboles B
9 Patinaje sobre hielo C
9 Poda de árboles B
9 Atar gavillas de grano a mano B
10 Cortar madera B
10Reparar arneses de caballoB
10 Mezclar hormigón B
10 Enlatar frutas de cosecha propia B
10 Hacer investigaciones en las bibliotecas públicas B
10 Afilar cuchillos con una piedra de afilar B
10 Colocar trampas para animales indeseables B
10 Utilizar algunas herramientas manuales (cepillo,
serrucho, taladro, etc.) B
10 Usar una guadaña B
10 Jugar al fútbol C
11Almacenar grano B
11 Desollar animales para la peletería B
11 Hervir cuajadas y elaborar quesos B
11 Hacer hilo cáñamo B
12 Usar un rifle de caza B
12 Apilar gavillas de grano y heno suelto en un vagón en
movimiento B
12 Preparar un libro para su publicación C
12 Mantener un trineo de dos caballos en una pista de
nieve C
12 Utilizar un manual de una máquina de escribir B
12 Reparar ruedas de radios de madera B
12 Hacer dibujos y gráficos B
13 Cavar agujeros para postes a mano B
13 Cortar leña con la mano en el bosque B
14 Arar con cinco caballos B
14 Desmantelar edificios antiguos C
14 Cortar troncos en un molino portátil B
14 Reparar calzado de cuero B
15 Poner ladrillos para un muro B
15 Herrar un caballo B
15 Levantar un granero B
16 Abrir una puerta de coche B
17 Girar un volante B
17 Conducir un tractor C
17 Fotografía C
18 Identificación y recolección de setas comestibles B
18 Enseñar en la escuela B
18 Enchufar un aparato eléctrico B
18 La conducción de un vehículo estándar B
18 Utilizar un teléfono B
19 Dar respiración artificial (boca a boca) B
19 Dirigir un barco B
19 Andar en bicicleta B
20 Componer automóviles C
20 Idiomas y dialectos Plattdeutsch B
21 Limpiar los intestinos de salchicha B
21Idioma español B
21Conducir un automóvil en las grandes ciudades: la Ciudad
de México, Los Ángeles, Nueva Orleans, etc. B
21Construir una casa habitable con plástico, estaño,
tableros, papel alquitranado, y tapas de botellas B
21 Hacer transacciones bancarias y de inmigración C
21 Viajar en autobús y en tren en el extranjero B
24 Hacer adobes y suquete B
24 Moler maíz en un molino B
24 Editar manuscritos de libros en alemán, español e
inglés C
25 Edición de una publicación periódica C
26 Hacerhuarachescon cuero crudo y con neumáticos de
coche B
26 Idioma francés C
27 Secado de arroz al solB
28 El funcionamiento de un ordenador C
El hacer un recuento de las habilidades que he aprendido a
lo largo de mi vida me dio un aprecio por los valores de mi herencia menonita
ortodoxa “a la antigua”. Y renueva mi determinación de transmitir esos mismos
valores a mis hijos. Me horroriza cuando pienso en las mil y una habilidades
que nuestros abuelos tenían, y que la mayoría de nosotros hemos perdido. ¿Qué
nos ha pasado? ¿Es esta pérdida de inteligencia básica una cosa programada? Si
es así,¿Por qué?
Nos hemos convertido rápidamente en una generación de
especialistas, especialistas en nuestro campo de aprendizaje, cada vez más
sobre cada vez menos, hasta que lo sabemos todo sobre nada.
He probado de ambos mundos: la América moderna y la
América del siglo XIX. Yo no me siento atado ni a la una ni a la otra. Tengo el
privilegio de tomar lo mejor de ambas culturas y utilizarlo para la gloria de
Dios. Y con la ayuda de la Biblia (no con la sociedad impía en la que vivo)
debo decidir lo que es la inteligencia y lo que no es, así como qué habilidades
vale la pena tener y no tener.
Si aspiras aque tus hijos sean grandes graduados
universitarios, técnicos informáticos, astronautas en la NASA, o secretarios de
las Naciones Unidas, está bien. Pero yo tengo aspiraciones mucho mayores para
mis hijos: quiero que aprendan cómo iniciar una fogata y cómo ordeñar una vaca.
-Peter Hoover, traducido por Josué Moreno
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