lunes, 14 de marzo de 2022

La sabiduría en la conducta cristiana del silencio


Conocemos a hombres y mujeres de buen testimonio que su sola presencia inspira a los que les rodean a "ser mejores".. Sin palabra, nada más la presencia tiene ese efecto.. y es que cuando nos enteramos del "andar en la luz" de alguien por "el testimonio de otros" es cuando sabemos que esa persona de la que se hace referencia es verdadera...A la vez nos damos cuenta de la falsedad que hay en alguien que necesita enterar de todo a los demás "llamando la atención" acerca de lo que le pasa, hace, cree o profesa..(aún cuando todos ven que no hace mucho, que sus creencias no concuerdan con sus hechos y que tristemente no va en la dirección correcta ) Sí este es nuestro caso, es menester reconocerlo con humildad y no apelar al orgullo cegador.

-Una semilla crece en silencio, pero un árbol cae con mucho ruido. La destrucción tiene ruido pero la creación es silenciosa...este es el poder del silencio..¡crece en silencio!... dijo aquel hombre sabio.

Este pensamiento de Confucio nos hace pensar en que parte del dominio propio y del negarse a uno mismo que también enseñó Cristo con palabras y hechos (al ser llevado a la cruz sin decir nada) se muestra en el "silencio"... A veces sólo hay que callar y aprender en silencio...quizá por eso Job en medio del dolor les dijo a sus "contemporáneos" que querían dar cátedra divina:

"Ojalá callarais por completo,
Porque esto os fuera sabiduría."

¿Cuántas cosas podemos aprender si solamente guardamos silencio?...En verdad te sorprenderías...Creemos que por estar hablando y opinando de todo lo que sucede alrededor logramos algo bueno, queremos que todos se enteren de nuestra posición o postura en cualquier situación y tema de la vida (muy común hoy día en las redes sociales), pues si no lo hacemos así, pensamos que estamos fallando en algo o que nos estamos quedando atrás (espíritu de competencia)...pretendemos asegurarnos que la gente sepa cuáles son nuestros argumentos (o con los que estamos de acuerdo) aún cuando nadie nos está preguntando algo..Pero en realidad ¿Qué estamos logrando con ese deseo carnal no controlado de estar haciendo ruido? Pues, sólo destruir, y bajo el contexto de las palabras de Confucio, dicha destrucción atenta contra nosotros mismos..

A lo largo de las Escrituras la sabiduría esta íntimamente ligada al silencio...y Dios mismo se manifestó a Elías en un silbo apacible y delicado, no en los ruidosos fenómenos naturales tendientes a la destrucción.. Sin embargo, vemos a tantos defensores y amantes de la biblia de aquí para allá llevados de todo viento de doctrina, promoviendo las ideas de cualquiera que diga lo que les "parece" correcto teológica y biblicamente hablando, "amando la letra" pero ignorando lo que realmente enseña esta y desconociendo sus propósitos por no saber discernirlos desde una perspectiva espiritual, expresándose acerca de todo lo que enseña el "libro sagrado" pero sin obedecer uno de sus principios básicos: simplemente: ¡¡guardar silencio!! ...Es difícil guardar silencio si, aún guardarlo en causas aparentemente justas, pero es la única manera de desarrollar sabiduría y crecimiento espiritual real...así es, el silencio es una conducta cristiana muy desvalorizada por los círculos sociales en general y especialmente por los que se hacen llamar pueblo de Dios.

En este mundo, el sistema de ideas te dice que "alces la voz"...y casi te oprime para que decidas de qué lado estás...Caer en eso es ir con la corriente de este siglo. Realmente no necesitamos eso, tampoco el mundo necesita argumentos, pues en la actualidad la sociedad está siendo bombardeada con tanta información en todos los medios, que de opiniones no carece, de hecho, basta con teclear unas cuantas letras y encontrar predicaciones muy claras y con mensaje muy convincente, diciendo las cosas correctas, pero todavía estando en error, equivocados... (tantos hay que siempre están aprendiendo pero que no llegan al conocimientos de la verdad). Muy al contrario, lo que si le falta y necesita esta sociedad son testimonios vivos de Jesús, ver lo que hace Jesús en la vida de sus discípulos.

Lo que va a impactar a los demás es nuestra vida y cómo nos conducimos...no nuestro hablar elocuente acerca de la doctrina correcta. La gente capta sólo con ver: sí eres "verdadero o falso", alguien que no deja de hablar es aquel que necesita justificar "quién es" ante los demás,  porque realmente no está seguro de lo que es; pero alguien que sigue a Cristo tiene una convicción tal, que no necesita defender la verdad, porque él vive la verdad (sembrando las bases en cada área de su vida, bases firmes sobre la Roca) independientemente de lo que las personas piensen y cuando se le pregunta algo o tiene la oportunidad de hablar, lo hace con sabiduría porque es como sí el Señor hablará a través de él. Ahí es cuando sus palabras pueden llegar al corazón...Como cuando Jesús habló a aquellos hombres desanimados en el camino a Emaús:

"Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?"..

Cuán noble meta es lograr ser así como el Maestro...que (dicho sea de paso): Desde la infancia hasta su edad adulta, muy poco se sabía de Él y de las cosas que decía..casi nada..

Es interesante que la Escritura también asemeja a los árboles con los hombres...y son precisamente esos hombres que hablan sin parar,  los que están destruyendo y cayendo como árboles ruidosos...

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